Atentados en París golpean viajes y turismo mundial

16 de Noviembre de 2015 9:36am
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Atentados en París golpean viajes y turismo mundial

París está de luto. Francia está en guerra. Los parisinos salen este lunes a sus labores habituales en una ciudad ensombrecida, tomada por la incertidumbre y el espanto que todavía provocan los reportes sobre la serie de atentados que ensangrentaron el viernes último varios céntricos sitios de recreación de la capital francesa.

Al menos 129 personas murieron y 352 resultaron heridas, 99 de gravedad.  Entre los muertos se contaban hasta el domingo más de 20 extranjeros, entre ellos tres chilenos, tres españoles y dos mexicanas, así como visitantes de otra decena de países.

Millones de personas en todo el planeta seguían en sus televisores el partido de fútbol entre las selecciones francesa y alemana, al que asistía el presidente Francois Hollande, sin percibir que en ese momento en las afueras del Estadio de Francia había comenzado una carnicería sin precedentes en el país europeo más visitado por turistas de todo el mundo.

Los ataques se produjeron en seis lugares diferentes de la capital, a una hora en la que podría causar el mayor daño a esa masa humana, entre ellos miles de turistas extranjeros ,  que a partir del viernes salen a disfrutar de los encantos de la renombrada Ciudad Luz, una de las 10 urbes más solicitadas por viajeros del  mundo, a la que anualmente llegan cerca de 10 millones de visitantes.

Francia, por su parte, retiene desde hace años el lugar de primer destino turístico del mundo por número de turistas, con algo más de 83 millones recibidos en 2013.

Decenas de miles de viajeros, desde New York a Hong Kong, de Londres hasta Australia, Brasil o México, se quedaron a la espera de sus vuelos, suspendidos al instante  de conocerse los trágicos sucesos. Otros tomaron el avión para desembarcar unas horas más tarde en una ciudad desierta, atravesada por la inquietud y la zozobra, sin noción de qué había ocurrido exactamente; a media noche, las luces de la alegría eran sustituidas por el titilar de las ambulancias y patrulleros de policía y fuerzas de seguridad.

París pasó un fin de semana sin conciertos, juegos deportivos, ni museos abiertos.

El presidente declaró un estado de emergencia como no se ha registrado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Ha sido el segundo ataque terrorista que conmuve la capital francesa ese año. El anterior, en enero, contra el semanario Charlie Hebdo, ya había encendido las luces de alarma y disparado los medios de control más exhaustivos imaginables.

Desde entonces se cuestionaba cuanto podrían afectas los requerimientos la  libre circulación, de la que tanto se enorgullecía hasta hace poco la Europa comunitaria y en qué medida puede provocar una caída de los flujos turísticos.

Ahora los que tienen que preocuparse son los otros países que fueron dispensados esta vez, los vecinos. Cuando veas las barbas de tu vecino arder…. La situación genera tensión y ansiedad en todas las países a un mes de las fiestas y vacaciones de Navidad y Año Nuevo.

Las primeras informaciones oficiales sobre el resultado de las investigaciones acerca de la identidad de lo autores conduce hasta Bélgica.

Hasta ahora son más las preguntas que las respuestas. Las medidas de emergencia anunciadas por líneas aéreas y agencias de viajes, para permitir los cambios de fechas  en viajes hacia Francia, así como otras facilidades dadas por los alojamientos, tal vez puedan remediar en algo las previsibles consecuencias de la crisis.

Sin embargo, habrá que esperar. El estado de emergencia decretado por un mes significa, hasta las vísperas de Navidad. Cuánto afectará el movimiento de viajeros, ya no solo hacia Francia, sino a París como hub de otros vuelos hacia destinos en América Latina y el Caribe.

La preocupación se irá ventilando en los próximos días y semanas. La respuesta del público dependerá de la sensatez de las medidas que se adopten para enfrentar la amenaza terrorista sin caer en la trampa de quienes aspiran a un crecimiento de la espiral de violencia.

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