Turismo caribeño: ¿Destino Cuba o República Dominicana?

07 de Abril de 2016 2:21pm
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Turismo caribeño: ¿Destino Cuba o República Dominicana?

La creciente aceptación fuera de fronteras del turismo en el Destino Cuba ha provocado que el tema sea recurrente en medios nacionales e internacionales. En particular llamó mi atención recién el texto de un colega dominicano, Esteban Delgado, quien incluyó un grupo de aristas de interés sobre el asunto; tanto así, que me motivó a dar mi versión.

Aunque equilibrado el material reseñado, en su balanza final el redactor opta por la industria sin chimeneas en su país, calificada por él como de superior a la de la vecina ínsula.

Todo el artículo va encaminado a eso, aunque desde el titular admite que: “RD tiene el reto de mantener liderazgo turístico ante Cuba. La Isla se acerca como un potencial competidor en la atracción de visitantes.”

Intentaré entonces sin inclinar del todo la balanza a mi favor, porque no me anima tal deseo, explicar mis apreciaciones y puntos de vista encaminados a ponderar los pro y contra de ambos destinos, que conforme son competidores, también pueden complementarse —mediante el multidestino— y de la ganancia de los dos, generar más beneficios para el giro en la región.

Comienzo por la recepción de viajeros: El año pasado República Dominicana antecedió por mucho a la Mayor de las Antillas en la llegada de turistas, con cinco millones 599  859, de los cuales cuatro millones 832  056 fueron extranjeros, cuando a territorio cubano arribaron tres millones 524  729.

La diferencia esencial entre tales cuantías está, precisamente, en el acceso del primero de manera libre al mercado natural del entorno: Estados Unidos (EE.UU.); en tanto para su contraparte aún persisten las restricciones impuestas por el bloqueo. A los estadounidenses solo se les permite viajar hacia esta dirección en 12 categorías, aunque en realidad cada vez son más crecientes los flujos de tal procedencia.

En este tópico de los arribos internacionales y tras los acercamientos oficiales de La Habana y Washington, el destino cubano ha sido testigo de un auge inusitado y no solo desde Norteamérica, pese a las limitaciones indicadas, sino también desde Europa y el Lejano Oriente.

Cuba entrará como competidor en lo que a turistas de EE.UU. se refiere, se afirma, y tenemos una coincidencia total, pero hay más en este terreno. A los dominios nacionales, por ejemplo, vienen más de otras nacionalidades que a Dominicana, como son de Canadá —un millón 300 092, casi el doble—; Reino Unido, Italia, México, Holanda, Suiza, China y Polonia, entre otros, por lo que existe un sobrado caudal para aumentar las estadísticas.

A los dominicanos no les es indiferente el afianzamiento de sus vecinos, y por eso cada vez resulta mayor la inversión en promoción del destino local tanto para vacacionistas como para inversionistas. La actividad del ocio en ese país asciende a un ritmo promedio del nueve por ciento anual, con lo cual funge como el principal generador de divisas, mientras que en nuestro caso este indicador ocupa el segundo escaño, antecedido únicamente por los servicios profesionales en el exterior.

“Si bien Cuba muestra potencial de crecimiento en la atracción de visitantes extranjeros, República Dominicana es muy superior en diversos aspectos tales como la calidad de la infraestructura vial, hotelera, portuaria y aeroportuaria”, confirma Delgado.

Para agregar a continuación, además, que su nación natal exhibe mayor experiencia en el negocio de la recepción de los veraneantes y ofrece más y mejores facilidades para las inversiones.

Hay que reconocer que ese conjunto de atributos adornan al hermano territorio caribeño, que por demás lleva un buen tiempo en la cresta de la ola del rubro en general y en modalidades en particular como los cruceros, donde son puerto madre para buques de importantes compañías; y el golf, donde cada año desarrollan más de una decena de torneos en sus casi 30 terrenos.

La Mayor de las Antillas solo posee por ahora, están en previsión 12, un campo profesional en Varadero.

Se habla de los buenos anfitriones que son los dominicanos y lo difícil de superar o imitar tal cualidad. Respetamos tal criterio, pero creo que en eso tampoco llevan las de ganar. Al menos, no en ese don se irán por delante, porque ser buenos anfitriones constituye casi sinónimo de una palabra: cubanos.

Es más, podemos quedar a mano en ese punto. Estamos en la misma región, con una historia, pasado e idioma comunes. Somos muy semejantes, ¿para qué negar algo que nos prestigia y une como región?

Al destino cubano se le anotan en este recuento bondades indiscutibles como la seguridad ciudadana, la salubridad y la higiene en los centros de atracción, aspectos en los que se declara: “Cuba está muy bien posicionada.”

“Los años de ventaja de Dominicana en turismo pueden ser un activo de defensa para impedir el acercamiento de Cuba”, confiesa esperanzadoramente Delgado, a quien le respetamos sus valoraciones y tampoco lo vamos a privar de sus más íntimas aspiraciones.

Dominicana, como se trató de demostrar a través de todo el texto en cuestión, posee el reto de mantener el liderazgo y lleva más años de experiencia en el ruedo, pero ni una cosa ni la otra creo que serán suficientes para ponerle coto al Destino Cuba, pues, como bien reza un viejo refrán, no van lejos los de adelante, si lo de atrás corren bien; y Cuba, en materia turística, tiene puesto el pie en el acelerador hasta el fondo. 

Tomado de El Invasor (www.invasor.cu)

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