En blanco y negro: cruceros que hicieron historia
La industria crucerística es una de las formas de turismo más emergentes en la actualidad. Su historia es resumen del progreso de la sociedad burguesa a lo largo del siglo XIX y XX. Pero antes de referirnos a ella, se debe partir del concepto crucero y sus diferencias con otros términos que a menudo emergen cuando se hace escala en su historia.
La palabra crucero -según la Real Academia de la Lengua (RAE)-, proviene de ´cruzar´, y su etimología la encontramos en el latín de cruz: crux, crucis. A través de un proceso metonímico se refiere, en su sexta acepción al “viaje de recreo en barco”; en cambio, en la octava apunta a “buque de guerra de gran velocidad y radio de acción”. Tomemos entonces la más general que indica que crucero es: todo aquel “buque o conjunto de buques destinados a cruzar (navegar en todas direcciones)”.
En este gran grupo se incluirán entonces los transatlánticos, grandes navíos que fueron el principal modo de transporte intercontinental durante más de un siglo, desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1960. La gran diferencia con los cruceros modernos es el diseño; mientras aquellos fueron creados y equipados para viajes largos y rápidos a través del océano, los cruceros suelen operar en aguas más tranquilas y hacer paradas frecuentes, donde podrán reponer sus reservas.
La historia de los cruceros: el barco de vapor
El comienzo de los viajes oceánicos partía de la necesidad de comunicar continentes. A mediados del siglo XVII ya se vendían pasajes para ir a bordo del “correo”, barcos que se movían de manera regular entre Gran Bretaña y el continente americano.
Los clípers, ancestros directos de los primeros transatlánticos, comenzaron a aparecer. Eran veleros de gran alcance capaces de alcanzar velocidades superiores a 20 nudos. Estos barcos de larga distancia proceden principalmente de los Estados Unidos y enlazan muchas rutas; podían unir Macao y Nueva York en 70 días.
Desde principios del siglo XIX, las máquinas de vapor hicieron su entrada en los barcos. En un principio eran ineficientes y ofrecían pocas ventajas respecto a los barcos de vela. En 1807, el ingeniero estadounidense Robert Fulton construyó el primer barco impulsado por esta tecnología, el Clermont, que logra unir Nueva York y Albany en treinta horas. En 1838, el Sirius consigue convertirse en el primer barco en atravesar el océano Atlántico utilizando únicamente tracción a vapor.
La carrera por la velocidad se pone en marcha y con ella la tradición de la «Banda Azul o Blue Riband», un reconocimiento que se otorga al que lograra hacer la travesía más rápida en el Atlántico Norte. Así, el barco que lo lograse se ganaba el derecho a exhibir una bandera azul en su mástil.
En 1863 el 45% de los viajeros ya iban en barco de vapor y tres años después, era el 80%. Las compañías de veleros fueron decreciendo exponencialmente y fueron cerrando poco a poco.
Crucero de pasajeros
Durante la década de 1830 construir buques de gran tamaño se hizo más rentable. La migración hacia América aumentó enormemente y la financiación crecía conforme a estos movimientos de población.
En 1835, el diario inglés Shetland Journal publicó el primer anuncio de viaje en crucero con destino a Escocia, Islandia y las Islas Feroe. La compañía que ofertaba el servicio se llamaba Peninsular Steam Navigation Company, conocida hoy como P&O Cruises. El servicio se denominaba ‘crucero de pasajeros’.
Por aquel tiempo, un empresario originario de Nueva Escocia, Samuel Cunard, conocido ya como el ‘Príncipe de los Océanos’ consiguió hacerse con la licitación para el transporte de correos entre el Reino Unido y los Estados Unidos. Funda en 1838 la Cunard Line, naviera que rápidamente cobró reputación tras haber sido condecorada en múltiples ocasiones con la Banda Azul.
Los primeros gigantes
El tamaño de los buques fue en aumento, y con ello los cascos de madera se volvían cada vez más frágiles. La aparición de los cascos de hierro, a partir de 1845, y posteriormente de acero, permitieron un nuevo impulso en la industria.
En 1845 el primer barco con doble casco de hierro hizo su aparición de la mano de Isambard Kingdom Brunel. Fue también el precursor de los barcos impulsado a hélice en cruzar el Atlántico. En 1857 construyó el SS Great Eastern, que fue durante 40 años el mayor transatlántico jamás construido. Con una longitud de 212 metros, esta nave tenía la capacidad para embarcar hasta 5000 personas.
En 1897, Alemania comenzó a dominar el pujante mercado atlántico de pasajeros con la aparición de una serie de nuevos buques, comenzando con el SS Kaiser Wilhelm der Grosse de la Norddeutscher Lloyd, perteneciente a la clase Kaiser. Este transatlántico de largo alcance contaba con muchas innovaciones: era muy lujoso y rápido, y logró arrebatar la «Banda Azul» a los británicos.
Luego de la segunda guerra mundial, la industria del crucero, como lo conocemos hoy día, había nacido. Unos de los primeros cruceros fue el Queen Elizabeth que conforma, con el Queen Mary y el RMS Queen Elizabeth II, el grupo de barcos más conocidos de la historia de la navegación turística
Los barcos en la historia
Muchos han sido los navíos cuyos nombres y experiencias han dejado huella en la historia. El más conocido, sin duda es el Titanic por la tragedia acontecida en 1912. Este surgió fruto de la gran rivalidad que existía entre la Cunard Line y la White Star Line. Esta última creó tres joyas: el RMS Olympic, el RMS Titanic y el HMHS Britannic que hacían del lujo, la elegancia y las comodidades los principales requisitos.
Entre los barcos más importantes de Cunard figuran algunos míticos como el RMS Carpathia, que colaboró en el rescate de los supervivientes del Titanic o el RMS Lusitania y el RMS Mauretania, los más grandes y rápidos en su tiempo.
Por 1914 la naviera Hamburg America Line también había ordenado la construcción de tres buques de los cuales se destacó por sus dimensiones: el Bismarck (posteriormente conocido como RMS Majestic), el que sería el barco más grande del mundo hasta 1935.
Cruceros por el Caribe
Alrededor de 1930 surgieron los primeros cureceros por el Caribe. La primera compañía en ofrecer cruceros en esta región fue Holland America en 1926 a bordo del Veendam. Hoy, Holland America Line cuenta con 15 buques y 500 salidas al año.