Cuba Sabe, un evento para promover la cocina cubana
Este jueves quedó inaugurado en La Habana el II Taller Culinario “Cuba Sabe”, un evento que promueve el conocimiento de la cocina cubana, declarada en octubre del año 2019 Patrimonio Cultural de la nación por constituir parte de la identidad de la Mayor de las Antillas.
Durante la presentación del encuentro, que se desarrolla en el hotel Iberostar Grand Packard, de La Habana– Lis Cuesta Peraza, presidenta de su Comité Organizador, significó que el objetivo de la cita es justipreciar la culinaria cubana, perpetuar sus esencias, “el sabor de casa, que es el sabor de Cuba”.
No se trata de un taller de comida, aclaró, sino de compartir los saberes, el conocimiento profundo que nace de nuestras tradiciones. “Cuba Sabe”, puntualizó, es un llamado a aprender acerca de uno de los tesoros mejores guardados de la Isla.
Por su parte el teólogo brasileño Frei Betto, ofreció una conferencia sobre soberanía alimentaria en el siglo XXI.
Frei Betto consideró el sencillo acto de comer como una liturgia, “es comunión, es estar con los demás, es compartir”. Es una comunión también, dijo, con la naturaleza.
En sus palabras, el teólogo brasileño acentuó que, datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, confirman que existen 821 millones de personas que viven sin los nutrientes esenciales. Sin embargo, en el mundo se producen alimentos para 11 mil millones. No se trata de falta de alimentos, destacó, sino de justicia.
Respecto a la obesidad, reflexionó que no es un problema de culpa personal, sino esencialmente causa del sistema capitalista imperante, donde los alimentos tienen valor de cambio, no de solidaridad. Según la Organización Mundial de la Salud, de cada 100 habitantes, 30 sufren de sobrepeso, fenómeno que afecta la autoestima y provoca enfermedades como diabetes y accidentes cardiovasculares.
Habló sobre esa tendencia mundial, que tiene los números más elevados en Estados Unidos, los más bajos en Asia y a la que Cuba no escapa. Las principales causas de muerte en la Isla, reseñó, están asociadas también al corazón y a la diabetes.
No se trata, consideró Frei Betto, solo de cerrar la boca y hacer ejercicios para reducir la obesidad. Se exige una acción gubernamental para prohibir que los alimentos tengan venenos químicos y desestimular las comidas nocivas a la salud.
En el caso de Cuba, puntualizó, cerca del 65% de los alimentos que consume son importados, con un costo cercano a los 2 mil millones de dólares. Conozco del fuerte trabajo que se hace para reducir esas cifras, comentó, pero también hay que promover la educación nutricional. En esto, agregó, los medios de comunicación pueden ayudar mucho e influir desde los niños en mejores hábitos alimentarios.
El ser humano, precisó finalmente, no ha inventado otra manera de celebrar que no sea a través de la comida y la bebida, “que son sacramentales”. La vida es un beso en la boca con la naturaleza, argumentó, por eso hay que cuidarla, porque ella ha vivido millones de años sin nuestra incómoda presencia, pero nosotros no sabemos vivir sin ella.
El programa de Cuba Sabe 2020 incluyó desgustaciones de productos cubanos de pequeñas producciones artesanales de Niña Mary, Finca Vista Hermosa, Embutidos Ruly Jamones y Finca Los Olivos.
Además de desarrolló una clase práctica de Conservas en Aceite, concretamente relacionada con la transformación y conservación del tomate y la berenjena, a cargo de los cocineros italianos Antonio Piro y Adelina-Corina Marcu y del cubano Ramón Battle.
A la inauguración del evento que concluye el próximo 11 de enero, asistieron el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel, el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, y varios miembros del Gobierno cubano.
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