¿Cuáles serán las tecnologías que transformen el turismo del futuro?
Por Juan Barjau, experto en comercialización y distribución turística
Del Turismo podríamos decir que ni se crea ni se destruye, solo se transforma, como afirmó sobre la materia el considerado padre de la química moderna, Antoine Lavoisier. De hecho, si no se crea, es porque siempre existió.
Al menos esa es la sensación de los que llevamos más tiempo del deseado surfeando las olas del sector. Y utilizó esta expresión, científicamente no probada, para reflexionar sobre algo que, tal vez, es más fácil de constatar. El turismo nunca fue predecible e inmóvil, sino todo lo contrario: impredecible y en continuo movimiento. Y lo sigue siendo porque, al igual que la sociedad o el mundo que nos rodea, siempre ha estado y estará en permanente transformación.
Si esta transformación del “Turismo en abstracto” la llevamos a un escenario más terrenal, podríamos concluir que han sido las personas y las empresas las que han jugado el papel protagonista. Y voy más allá: seguramente fueron los primeros, si pensamos en la figura del cliente o usuario, los que han provocado los mayores cambios y transformaciones en los modelos de comercialización y distribución de productos y servicios turísticos.
Bajo mi punto de vista, dos elementos han sido los mayores detonantes del cambio. Los hábitos de consumo de los usuarios, por un lado, en los que la pandemia ha tenido mucho que ver en la aceleración de ciertos aspectos. Y la tecnología, por otro lado, que ha posibilitado la digitalización de muchos negocios y la aparición de nuevos modelos más disruptivos. Aquí cabría preguntarse aquello de si fue antes el huevo o la gallina. Es decir, si fueron los nuevos modelos los que provocaron la transformación de los más tradicionales o sucedió justamente al contrario.
Es difícil saber cómo se presenta el mañana y cuáles serán las tecnologías que transformen el turismo del futuro. Sin duda, seguirá creciendo el consumo del móvil, haciéndonos cada vez más dependientes y prisioneros de la tecnología, y utilizándolo para casi todo: reservar vuelos, alojamientos, ocio, reserva de playas.
¿Desaparecerá el “dinero en papel y las tarjetas” viendo el incremento de pagos por móvil, o el reloj, tras la llegada del covid, ahora que evitamos a toda costa el contacto? O más allá de eso, ¿Tiene sentido un negocio hoy en día que no sea digital? ¿Asistiremos también a la proliferación de agencias de viajes online al tiempo que van cerrando las tiendas de calle?. Tengamos presente que se prevé que a finales de 2021 en España ya habrán cerrado más del 25% de los puntos físicos de venta de las agencias de viajes.
Todo apunta que no hay vuelta atrás y las empresas del sector evolucionan para poder despuntar. Recientemente, por ejemplo, la aerolínea estadounidense Delta Airlines presentó un servicio de recogida y entrega de equipaje. Para amenizar el viaje a sus clientes, recogerá el equipaje facturado en casa y lo entregará directamente en el destino, con un tracking en tiempo real para la tranquilidad del viajero, una atención muy personalizada, como los nuevos consumidores demandan.
Y si nos detenemos en el uso y relevancia de las redes sociales ¿es posible que los destinos turísticos se vayan a decantar por oficinas virtuales que interactúen con los usuarios a través de sus perfiles sociales en detrimento de un servicio presencial?
Si sigue reduciéndose el uso del papel en los establecimientos turísticos y el consumidor cada vez está más concienciado con el medioambiente, el check in y check out nunca será lo mismo. Será 100% digital, sin contacto y con la implantación del reconocimiento facial para confirmar la identidad de los huéspedes. Sin ir más lejos, hace unos meses, una empresa del sector alcanzó un acuerdo con Newhotel Software, PMS de referencia en Portugal y Latinoamérica, para implantar esta tecnología en más de 4.500 establecimientos.
Si hablamos del futuro del turismo, hay demasiados interrogantes sin resolver. Es lo que tiene el futuro: nadie es capaz de predecirlo, Y esto, mi querido lector, nos sitúa de nuevo en nuestra primera reflexión. El Turismo del futuro, o el futuro del Turismo, seguirá siendo impredecible y en permanente transformación.