¿Estamos preparados para la nueva era de la transformación digital?
Por Juan Barjau, experto en comercialización y distribución turística
Mientras redactaba este artículo, España se situaba en “riesgo bajo”, más de un año después, el mundo comenzaba a abrir sus fronteras al turista internacional y el turismo volvía a navegar con el viento a favor. Sin embargo, uno se pregunta si hemos aprendido algo de todo lo ocurrido y si estamos preparados para lo que todavía está por llegar.
Quién nos lo iba a decir. Apenas iniciado el otoño la mayoría de los profesionales del sector hablan de una temporada por encima de sus expectativas, los más audaces lo catalogan incluso como un magnífico verano. Cierto es que las aguas no corren igual de mansas para todos los actores. Mientras los especialistas en Costas se han frotado las manos, los enfocados a Circuitos, Cruceros o vacaciones de largo radio, están ansiosos porque finalice el año.
Ha nacido un nuevo mantra al que todos queremos subirnos y del que todos hablan, la transformación digital. Si el mundo es digital y el cliente está hiperconectado las 24 horas del día, mi empresa también tiene que apostar por su transformación digital.
Ante nosotros, un otoño e invierno que invitan por primera vez en muchos meses, a una visión más optimista. Algunas empresas, mi más sincero reconocimiento por su decisión, no lo han dudado y se han apresurado a recuperar a todo su personal para planificar la próxima temporada. Otras en cambio, permanecen parapetadas en una fórmula, los ERTE, que parece no tener fin, aunque sus cuentas ya ofrezcan una lectura más saneada.
Sin entrar a valorar la situación concreta de cada uno de los jugadores presentes en el ecosistema de la distribución turística, la suerte ha sido muy dispar, lo cierto es que vencidos los peores momentos de esta crisis sanitaria y económica, estamos ante un punto de inflexión donde nada volverá a ser tal como lo conocimos. Y no olvidemos que el cliente siempre es el primero en percibirlo.
Si miramos al sector con cierta perspectiva, observaremos un mercado más concentrado, las grandes fusiones prometen muchos dolores de cabeza al resto de los mortales, con una demanda desatada, pero con una tarta que muchos aseguran que será más pequeña. Aunque esto último no termino de tenerlo tan claro.
Algunos expertos hablan abiertamente de una auténtica revolución hacia una nueva era mucho más digital donde la pandemia ha contribuido a acelerar procesos y tendencias que ya venían pisando fuerte.
Ha nacido un nuevo mantra al que todos queremos subirnos y del que todos hablan, la transformación digital. Si el mundo es digital y el cliente está hiperconectado las 24 horas del día, mi empresa también tiene que apostar por su transformación digital.
Nos olvidamos de que primero tendría que venir una transformación cultural de la propia organización y que, en realidad, de lo único que deberíamos ocuparnos, hablando de transformación digital, es de adaptar nuestro negocio a las necesidades del nuevo cliente digital. Eso sí, un cliente mejor informado, seguramente más exigente y que lo quiere todo para el mismo momento que lo demanda.
Si disponemos de un modelo tradicional y funciona, hay que seguir apostando por él. Sin embargo, si no somos capaces de ofrecer nuestros productos y servicios también online, ya sea bajo un formato B2B (Business to Business) o B2C (Business to Consumer) seremos invisibles y nos impedirá llegar al cliente final que se encuentra, en muchos casos, más cómodo en este entorno.
Solo las empresas que apuesten por invertir y evolucionar estarán mejor preparadas. Pongamos el foco en modelos híbridos (Offline/Online), dinámicos y más flexibles. No solo para salvar 2021, sino para convertirnos en empresas más competitivas a medio y largo plazo que garantizará nuestra supervivencia.