Inseguridad, turismo estancado y crisis hotelera: El otro rostro de Nuevo León
Nuevo León, una tierra llena de historia, cultura y paisajes espectaculares, está viendo cómo sus cinco Pueblos Mágicos –Bustamante, Santiago, General Terán, Linares y General Zaragoza– se hunden en el olvido.
Lo que debería ser un motor de desarrollo turístico y económico para el estado mexicano, se ha convertido en una oportunidad perdida, producto de la falta de estrategias efectivas por parte de la Secretaría de Turismo estatal.
Es un verdadero escándalo que estos destinos únicos, con su riqueza gastronómica, paisajes naturales y tradiciones vibrantes, no sean promovidos como merecen.
¿Dónde están las campañas que deberían estar posicionando a Bustamante como un referente de la gastronomía local? ¿Por qué Santiago, con su impresionante presa La Boca y su belleza natural, no atrae hordas de visitantes? Es inconcebible que General Terán, Linares y General Zaragoza, con sus historias y encanto, permanezcan casi invisibles para los turistas.
La ausencia de un plan sólido de promoción no solo afecta la imagen del estado, sino que también condena a estos pueblos y a sus habitantes a la inactividad económica. Los negocios locales, que dependen del turismo, languidecen mientras otras regiones de México se benefician de programas de promoción exitosos. Nuevo León tiene todo para ser un referente nacional en turismo, pero la falta de acción está empujando a estos Pueblos Mágicos al borde de la desaparición turística.
Los ciudadanos merecen más. Los habitantes de estos pueblos deben tener la oportunidad de ver florecer sus comunidades, recibir visitantes y compartir su riqueza cultural con el mundo. La Secretaría de Turismo debe tomar medidas inmediatas para revitalizar estos destinos y asegurar que su legado no quede enterrado en la sombra. ¡Es momento de actuar!
Hospedaje informal: Una amenaza para la hotelería en Nuevo León
La industria hotelera de Nuevo León se enfrenta a una crisis sin precedentes. El auge de plataformas de hospedaje informal como Airbnb está arrasando con el mercado, dejando a los hoteles organizados en una posición crítica. Mientras el hospedaje informal crece a un ritmo alarmante del 18%, el sector hotelero tradicional apenas logra un crecimiento del 4%. Este panorama no solo es alarmante, sino profundamente injusto.
Los hoteles, que operan bajo estrictas regulaciones y ofrecen servicios de calidad, se ven amenazados por una competencia desleal que no cumple con los mismos estándares. ¿Es justo que las plataformas de hospedaje informal puedan operar sin rendir cuentas ni garantizar seguridad? Esto no solo perjudica a los hoteleros, sino también a los turistas, quienes, atraídos por precios más bajos, muchas veces terminan enfrentándose a riesgos de seguridad y servicio.
El problema no es menor. Cada nueva propiedad de hospedaje informal que entra al mercado mina los empleos de miles de personas que dependen de la industria hotelera. Desde recepcionistas hasta personal de limpieza, todos ven peligrar su sustento mientras las plataformas informales continúan creciendo sin control.
Es urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto. La regulación del hospedaje informal es vital para proteger la calidad, seguridad y equidad del mercado turístico en Nuevo León. La pregunta es: ¿hasta cuándo esperarán para actuar?
El retorno se vuelve un viaje lleno de miedo e inseguridad
El regreso a casa en la temporada navideña, un momento lleno de emoción y calidez familiar, se ha convertido en una experiencia aterradora para los paisanos que cruzan las carreteras de Nuevo León. La creciente inseguridad en las vías del estado ha sembrado el miedo entre quienes solo buscan reunirse con sus seres queridos.
Los testimonios son desgarradores: familias completas que, en lugar de preparar con alegría su regreso, lo hacen con temor. “Es un riesgo enorme viajar por las carreteras”, comenta una madre de familia. “No sabemos si llegaremos a salvo”. Este panorama de incertidumbre no solo afecta a los paisanos, sino también al turismo local, crucial para la economía del estado. ¿Qué pasará si el miedo a la violencia aleja a los visitantes?
La falta de seguridad en las carreteras no puede seguir siendo ignorada. Cada incidente de violencia, cada asalto, no sólo pone en peligro vidas, sino que también daña la reputación de Nuevo León como destino seguro. Es imperativo que las autoridades refuercen la vigilancia y devuelvan la tranquilidad a las familias y turistas que transitan por el estado.
Los paisanos merecen regresar a casa con alegría y no con temor. Es hora de que las autoridades demuestren su compromiso con la seguridad y restauren la confianza en las carreteras de Nuevo León. La magia de la Navidad no puede opacarse por la sombra de la inseguridad.