El vino: de ícono gastronómico a estrategia de la selección Argentina
Por Fernando Muñoz Santos, tutor del diplomado en Periodismo Gastronómico
Una de las justas deportivas con audiencias para el mundo gastronómico es el mundial de fútbol de la FIFA, pues en la cancha se libran encuentros culturales de nivel filosófico, dado el escenario culinario global y nuestra reflexión juega un papel fundamental: ¿cómo explicamos el tono muscular de los jugadores más hábiles y su fenomenal capacidad mental para crear jugadas si no por lo que comen?
Como titular del diplomado en Periodismo Gastronómico del Instituto Noun Eventos, mexicano y gastrósofo, he comenzado a dimensionar el potencial futbolístico de las selecciones de México y Argentina. Aquí, presento algunas interesantes tramas que contribuyen al conocido desempeño de ambas naciones:
“Los jugadores de Argentina, como cualquier deportista profesional que quiere hacer bien las cosas, siguen al pie de la letra el régimen alimenticio que les marca el nutricionista en cada uno de sus clubes de Europa y cuando llega un compromiso con la camiseta de Argentina respetan sin quejas el plan del especialista de la Selección.”, según señala Andrés Pando de vinomanos.com, en un artículo en que detalla algunos de los platos que comen los jugadores, destacando las milanesas a la napolitana, los conguitos y el vino de etiqueta propia de Leonel Messi, como principales estrellas del paladar de estos. Si bien la influencia italiana se hace presente en ciertas recetas, su efecto es también tangible en el rendimiento de la selección argentina, pues han consultado al nutricionista italiano Giuliano Poser desde 2015, para mejorar la dieta de Messi y conseguir mejores resultados.
Es inspirador para quienes siguen el juego detrás del juego del fútbol, comprender que la difusión de las etiquetas personales en el mercado vinícola a cargo de estrellas mediáticas en un país enológico, tiene un peso significativo para la marca del deportista, en este caso la Fundación Messi, beneficiada por L10, vino lanzado por Leo en asesoría de Bodegas Bianchi; y para la afición, que saborea la victoria de su héroe con su bebida homónima. El espíritu de pertenencia, fundamental para el éxito del equipo, se refuerza con este género de productos.
Cabe reflexionar, ¿puede la selección mexicana proyectar una estrella deportiva respaldada por su propia marca de tequila? Siendo un mix marketing que este mundial no estimuló en los patrocinadores estrategias para posicionar a la selección tricolor de México, el vino argentino es un ejemplo para próximas campañas en los países mundialistas productores de bebidas. Quizás sea el viejo espíritu de los brebajes ancestrales de cada cultura, quien atraiga la victoria para su selección nacional, que festejará con sus seguidores a copas llenas.