Guía de modales para mozos y camareras
Por Silvana Bonsignor
Una gran parte del éxito de un restaurantes no radica solamente en las manos de un buen cocinero y de una carta refinada, sino en la conjunción de todos los puntos mencionados y sobre todo en cómo se “venden” esos platos y su correcta atención; es decir que la mayor parte del éxito es para la persona que siempre te dirá que comer: tu camarero. Existe una regla no escrita pero conocida por muchos que dice en un restaurante el 60% es servicio y 40% el resto.
Las actividades de un mozo se clasifican en atender al cliente prestando un servicio que satisfaga sus necesidades; reunirá la información concerniente al menú y a la disponibilidad de alimentos y bebidas. También, realizará la mice en place de sus materiales para que la prestación de su servicio sea de calidad.
Los clientes esperarán de los mozos y camareras que se los atienda cuando los necesiten evitando que éstos hagan movimientos de náufragos para captar su atención.
También que puedan brindar explicaciones precisas y con palabras sencillas a las dudas que surjan en el momento de elegir su menú.
Y si de modales hablamos cómo se realice el saludo a los clientes será la primera impresión que marcará la estadía del comensal en el restaurante. Según los estudios de mercado, cuando un consumidor es saludado su predisposición aumenta y, la clave del éxito estará en el conocimiento que se tenga de los clientes y de las personas que los visitan.
Para completar esta breve guía a continuación compartimos ciertos detalles a cuidar por parte del personal de servicio de un restaurante:
-Todos los elementos puestos en la mesa deben estar en perfecto estado de uso.
-La cubertería no estará doblada.
-Los vasos no presentarán lagrimones.
-Los platos ya consumidos se retirarán con agilidad.
-Los manteles y servilletas no tendrán roturas ni quemaduras.
-Los baños estarán siempre limpios y con los elementos de toilette necesarios.
-En la sala comedor no deberá llegar humo ni olores en la sala.
Finalmente la despedida, el mozo deberá dar el saludo final, despedirlo cordialmente para que regrese y agradecer siempre su paso por el restaurante, deje o no propina.