Dra. Persia Alvarez, Ejecutiva de Check Safety First y Directora del Programa Cristal para República Dominicana y el Caribe
El Programa Cristal brinda servicios de consultoría y auditoría orientados a garantizar la seguridad del agua, los alimentos, las piscinas, y otros recursos que se ponen a disposición del turista, buscando proteger la salud de este. También entrena al personal que trabaja en los hoteles para el mejor manejo y tratamiento de estos recursos, en consonancia con las normas internacionales que así lo exigen
Tenemos entendido que su compañía “Check Safety First” tiene presencia en una docena de países. ¿Pudiera decirnos dónde radica la sede principal de esta empresa?
-La sede principal de nuestra empresa se encuentra en Gran Bretaña y trabajamos en tres continentes: Europa, América y Asia. Yo soy la directora de este programa para República Dominicana y el área del Caribe. Ya hemos iniciado operaciones en Bahamas, tenemos oficinas en Cancún y en Isla Margarita, Venezuela, es decir, donde se encuentran los centros turísticos más importantes.
¿A qué se dedica el Programa Cristal?
-Nosotros somos consultores, especialistas en todo lo que son los riesgos que atañen a la salud del turista. Nuestro aspecto fuerte es la seguridad alimentaria, y dentro de ella las enfermedades transmitidas por alimentos y agua. También tenemos programas orientados hacia la seguridad del agua, la seguridad de las piscinas, la prevención de una enfermedad que es endémica de Europa y de la que nosotros, aquí en República Dominicana, hemos reportado algunos casos. Aunque no tenemos reportados casos en nacionales del país, sí hemos detectado la bacteria en todo el sistema hídrico de los establecimientos.
La legionelosis es una enfermedad que se transmite por aspersión del agua a través de un jacuzzi, de una fuente en un área verde, porque tiene que haber agua y movimiento de esa agua, y por eso nosotros tenemos ese programa de seguridad y prevención. Por ejemplo, en España se detectaron 3,000 casos de legionelosis, y en Europa existe un grupo de trabajo, estudio y control de la enfermedad, que se llama IGLI y tiene sede en Londres. Nosotros trabajamos precisamente en la implementación de esas guías.
¿Qué otro tipo de actividades realizan?
-Somos consultores, pero también realizamos auditorias. Contamos con programas de entrenamiento muy interesantes, porque uno de los ingredientes importantes en el tratamiento y prevención de esta enfermedad es el recurso humano, que de hecho es la principal causa. Es más fácil mantener el control de equipos e infraestructura, pero controlar a los seres humanos es sumamente complicado. La única manera es mediante el entrenamiento.
Eso quiere decir que somos formadores y trabajamos con todas las líneas de la pirámide, desde la gerencia general -que es una parte importantísima-, porque si la persona que dirige el equipo no tiene conciencia de las problemáticas, de las generalidades y no lo tiene como filosofía, entonces esa persona que está en la cima de la pirámide no le transmite a los demás empleados que el tema es interesante.
Tenemos cursos dirigidos a la alta y mediana gerencias, a los mandos como el chef steward, el chef ejecutivo, el encargado de compras y los empleados encargados del recibimiento, porque nosotros no solamente velamos por el alimento que se prepara en el establecimiento, sino que nuestro programa va más allá. Por ejemplo, velamos por las especificaciones que tienen los productos alimenticios que ellos compran, y los utensilios desde la llegada de los mismos a los establecimientos, pasando por toda la cadena de almacenamiento, preparación y distribución hasta el consumo.
En el año 2005 República Dominicana se quedó sin clientes alemanes y canadienses, y la causa fue precisamente por la enfermedad y muerte de un turista canadiense. ¿Los establecimientos afectados no estaban auditados por ustedes?
-Los establecimientos afectados no eran clientes nuestros, y fue algo desastroso porque no ocurrió solo con los turistas alemanes. Fue un brote de norovirus, que se produjo en la zona norte del país y tuvo una implicación muy grande a nivel de la prensa. El hecho contó con cobertura en toda la prensa europea, porque fue un brote enorme que involucró a más de 900 personas, y lo peor del caso es que no se tomaron las medidas oportunas por parte de las autoridades para frenar ese brote.
Hay enfermedades, como el cólera, que son transmitidas por el hombre. Aparentemente la persona que trajo ese virus al país sufrió un episodio de norovirus, se mejoró, se fue de vacaciones, pero en su cuerpo quedó un período de transmisión importante, que se activa cuando se entra en contacto con otras personas.
Debemos tener en cuenta que los centros turísticos que operan bajo el sistema de "todo incluido" clasifican entre los establecimientos de más alto riesgo desde el punto de vista epidemiológico, porque hay una gran cantidad de personas en un mismo lugar, donde se preparan grandes cantidades de alimentos y bebidas, y donde por un período de entre 7 y 15 días hay un gran volumen de personas reunido en los bares, las piscinas, los restaurantes y otras áreas. Eso crea las condiciones para la transmisión de enfermedades bacterianas, parasitarias, de virosis, que las pueden traer quienes nos visitan y contaminar a otros huéspedes, o también transmitírselas a los empleados del hotel. De hecho, ese gran brote de norovirus se pasó a una parte de la población dominicana.
Fue un caso aislado que nos hizo mucho daño, pero eso no quiere decir que habíamos bajado los estándares de calidad, sino que desafortunadamente nos ocurrió a nosotros, como también le puede ocurrir a otro país que, quizás con medidas más drásticas que hubiesen tomado las autoridades, y con una mayor integración con nosotros, este problema no hubiese tomado la magnitud a la que llegó. Lo que sucedió es que las autoridades no se arriesgaron a cerrar establecimientos, no aislaron el brote, e incluso se cometieron errores terribles, como el de trasladar huéspedes hacia otros hoteles, lo que solo propició que el problema se agravara.
Ese fue un caso similar al de 1997 en que estuvieron involucradas muchas personas, lo único que la época era otra y teníamos problemas reales.