Edison Briesen, Ministro de Transporte y Turismo de Aruba
Aruba mantiene para el 2008 el propósito de disminuir su casi total dependencia del mercado norteamericano, y atraer un mayor número de visitantes europeos y latinoamericanos. Ayudará en estos planes el hecho de que el 14% de la planta hotelera de la isla llegue a estar en manos españolas, la existencia de siete vuelos charter que prácticamente cada dos semanas la unen con Europa, y las visitas de los cruceros Pullmantur, que este año deben traer unos 40.000 turistas hasta su puerto
¿Cómo valora usted el comportamiento de la industria turística de Aruba en el año que acaba de concluir, y qué proyectos concretos tienen para el 2008?
-El año que concluyó fue testigo de varios cambios importantes en Aruba, como la mudanza de la zona de carga del puerto de Oranjestad y la entrada de la cadena española Sol Meliá. También tenemos el puerto de cruceros, que es uno de los planes grandes sobre los cuales debemos tomar una decisión muy pronto, para que así podamos hacer las transformaciones necesarias en Oranjestad.
El otro proyecto importante es el que está liderado por el grupo hotelero Divi, que planea la apertura de una segunda parte para hacer turismo. Tenemos un corredor en Eagle Beach y en Palm Beach -que es la parte principal- y queremos abrir un segundo corredor en las cercanías de Divi Beach. En el mes de diciembre, el grupo Divi realizó una presentación y quieren comenzar las labores de movimiento de tierra una vez que autoricemos la construcción sobre la base de todas las condiciones que ellos nos plantearon, como por ejemplo que el gobierno cumpliera con el aporte de una parte de la infraestructura, concretamente con un campo de golf y tres hoteles que sumen 1.200 habitaciones.
Esos son los dos proyectos más grandes en desarrollo. Teníamos un concurso para el sitio que se encuentra en las inmediaciones del hotel Marriott, pero ahora vamos a mandar una carta a los tres grupos que estaban solicitando una última oportunidad para hacer cambios en los proyectos que ellos habían presentado.
Este es un emprendimiento que nos tiene algo preocupados debido a la cantidad de nuevas habitaciones que van a entrar en Aruba. Tenemos más de 2.000 habitaciones de condominio que se están construyendo, y si sumamos todas las expansiones y los nuevos proyectos que tenemos en estos momentos, de 7.200 cuartos de hotel actuales pasaríamos a una cifra entre 13.000 y 14.000 habitaciones.
Aruba nunca ha sido un destino turístico masivo, sino un destino de calidad. En estos momentos estamos superando la capacidad de asimilación de visitantes en el país, y tenemos que frenar el turismo y valorar bien todas esas ampliaciones que nos están proponiendo.
¿Cómo trabajará el Ministerio de Turismo la apertura de los mercados europeos para Aruba?
-Creo que después de la reconversión que tendremos de la cadena Occidental, además de la entrada de RIU, y ahora Meliá con el Bushiri, si se concluyen todos esos proyectos, entonces los inversionistas españoles pasarán a ocupar el 14% de toda la capacidad de habitaciones hoteleras que tenemos instalada en Aruba. Se añade además el crucero de Pullmantur, que todos los sábados trae un avión Boeing 747 desde Madrid, sumado eso a los cruceros de Aida Tours, que tiene cuatro vuelos charter que salen desde Alemania, más los dos vuelos charter que tenemos desde Inglaterra. Eso suma siete vuelos charter que prácticamente cada dos semanas llegan al país provenientes del mercado europeo. Por supuesto, sin contar los compromisos que tenemos con la aerolínea KLM.
Pienso que en ese sentido vamos bien, y la apertura de las cadenas españolas en Aruba también nos permite tener cada vez más y más turistas provenientes del mercado europeo con una moneda, el euro, muy fuerte y haciendo una estancia promedio de entre 13 y 14 días.
La filosofía de los grupos hoteleros españoles de aplicar el sistema "todo incluido" y de brindar más por menos dinero, ¿no entrará en contradicción con el alto por ciento de turistas norteamericanos que recibe Aruba y que están acostumbrados a otro tipo de servicios?
-Pienso que por ahora la dependencia del mercado estadounidense es muy grande, entre un 73 y 74%. Quisiéramos lograr una repartición de entre el 50% y el 55% del mercado norteamericano, que nos resulta muy importante por su cercanía geográfica y por su magnitud, sumado a la experiencia de trabajarlo durante años; pero queremos tener aproximadamente un 15% de dependencia del mercado europeo y otro 15% de dependencia del mercado latinoamericano.
Esa es la fórmula que queremos trabajar, pero continuamos siendo muy dependientes de un solo mercado y eso es peligroso. Es por ello que la diversificación por parte de los inversionistas europeos resulta muy importante para nosotros, porque nos permitiría movernos con un grupo de Europa y otro de Latinoamérica, y así lograríamos tener una buena proporción de los tres mercados que más nos interesan.
Los grupos hoteleros españoles comercializan sus instalaciones de una forma muy diferente a cómo lo hacen las cadenas norteamericanas. Le ofrecen al turista un servicio y una calidad equivalentes, o superior, a la que ofertan cualquier grupo estadounidense, pero a un precio menor. ¿Asimilaría Aruba el cambio en la forma en que se opera un hotel Radisson con la manera en que lo hace un Gran Occidental o un RIU?
-Claramente. El viajero de hoy navega por Internet y descarga toda la información concerniente a los lugares a donde quiere ir sabe exactamente qué es lo que quiere. Para ese viajero de hoy el valor de lo que paga con su dinero es muy importante. Si las cadenas hoteleras operan bajo el régimen de “todo incluido”, pues entonces tiene que ser un servicio de mayor estancia en comparación con el tipo de servicio que estamos acostumbrados a ver en los hoteles norteamericanos. Esa es la competencia que se genera con la entrada de las cadenas españolas, y redundará en una elevación en la calidad y diversidad del producto. Eso queremos, porque nosotros apostamos por lo mejor.
Es por eso también que tenemos un interés muy marcado en las cadenas europeas, pero particularmente en las españolas, que en estos momentos dominan el 44% de todas las habitaciones que existen en el Caribe, y no entran en la región si no hay mercado, si no ven que pueden sacar dividendos de sus inversiones.
¿Cree usted que va a existir la posibilidad de una promoción real en Europa antes de la celebración de las próximas elecciones en la isla?
-Definitivamente, en estos momentos tenemos que poner mucho énfasis en ese asunto, pero para hacer promociones necesitamos contar con conexiones aéreas, con asientos en los aviones, por lo que es preciso negociar con más compañías aéreas. Si estamos hablando de un 14% del total de la planta hotelera de Aruba en manos españolas, entonces pienso que tenemos que negociar con Iberia, hablar con los grupos españoles para abrir un Madrid-Aruba, no solo para el mercado de esa nación, sino también para el portugués, para el italiano.
Ahora mismo KLM, con su pacto con Air France, tiene muchos problemas con los equipos, y vuela a Aruba con aviones MD-11, que son aparatos muy viejos. Eso hace que necesitemos tener un nivel de ocupación superior al 85% para poder comenzar a generar arribos. Ese es un problema que tenemos con ellos, y urge sentarnos y ver cómo vamos a solucionar esa situación. Si ellos no logran ofrecernos una solución a corto plazo, entonces Aruba tendrá que moverse y negociar con otras compañías aéreas para ver si están interesados también, y abrir así más puertas en Europa.
Este año Pullmantur moverá más de 40.000 turistas desde Europa hacia Aruba, pero también arriban con esa compañía muchos visitantes de Latinoamérica: Brasil, Argentina, Chile e incluso México. ¿Cómo se está valorando en Aruba la llegada de este tipo de turismo?
-Muy bien, porque además de ser un grupo grande, me refiero al mercado latinoamericano, el hecho de posicionar a Pullmantur en Aruba es parte de una estrategia para atraer a la isla a los latinos que no quieren viajar hasta aquí por Miami o por Puerto Rico. Pero además es más barato, porque cuando el barco llega hay un grupo numeroso de pasajeros de Pullmantur que hacen compras en la isla. Específicamente los latinos y los europeos compran mucho, y la red comercial de Aruba tiene siempre las puertas abiertas para estos grupos. Esto nos permite sacar mucho más rendimiento de las operaciones del crucero, porque no se trata de un barco que está parado en el puerto.
Los turistas latinos que bajan del barco y que no tenían una experiencia previa con Aruba también entrañan un reto para nosotros, porque se convierten en un grupo con el que no tenemos experiencia anterior de trabajo.
Las operaciones de Pullmantur nos abren muchas puertas desde el punto de vista de nuevos mercados y turistas, además de los ingresos que nos dejan las operaciones del puerto y el aeropuerto.