Florecen los cerezos de Japón

29 de Enero de 2018 1:07pm
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Florecen los cerezos de Japón

La época de la floración del cerezo, cuya flor se conoce en japonés como sakura, y la observación de estas flores, conocido como hanami, es uno  de los momentos más importantes del calendario japonés. El termino hanami  significa literalmente “mirar las flores” (Hana-flor Mi-mirar) y hace referencia a la “contemplación de la belleza de la flor”, especialmente con la llegada de la primavera, y a la exaltación de esta estación, dos conceptos que forman parte de la estética japonesa.

 

La floración comienza a finales de enero en Okinawa, la zona más septentrional de Japón, y poco a poco se va extiendo al resto del país. Ya desde finales del mes de enero el parte meteorológico incluye una sección sobre las previsiones de floración por todo Japón, cuyo momento culmen llega entre finales de marzo y principios de abril, cuando en la isla principal, Honshu, las ciudades como Tokio y Kioto se visten del color rosado del sakura.

 

La floración dura sólo unos días, pero durante ese periodo el país entero celebra la llegada de la primavera y disfruta admirando el color de los cerezos. Los parques se llenan de familias y grupos de amigos que hacen un picnic bajo los árboles. Este tipo de cerezo sólo se cultiva por sus flores y es de una variedad diferente al que tiene como fruto las cerezas.

 

Al color de los cerezos y el entusiasmo por esta celebración se une la infinidad de productos de ediciones limitadas que se crean con motivo de la floración. Las grandes marcas nacionales e internacionales de alimentación y bebidas utilizan el sakura como reclamo a la hora de poner a la venta productos de edición limitada solo para este período (alimentos, dulces y bebidas con aroma de la flor del cerezo). Incluso las firmas de moda o los comercios ponen a la venta productos y accesorios donde la flor de este árbol es protagonista. Entre los dulces de esta temporada destaca el sakura mochi, una pasta de judías rojas envuelta en arroz triturado y de color rosa, todo recubierto con una hoja de cerezo en salazón.

 

Origen del hanami

Esta costumbre se inició en la época de Nara (siglo VIII) y está unida al inicio de la temporada de plantación del arroz y la vuelta a las actividades agrícolas, que coincidía con la floración del cerezo. Para favorecer las cosechas, los campesinos hacían ofrendas a las divinidades a los pies de este árbol y bebían sake en honor a los dioses. Un siglo más tarde, la Corte Imperial de Kioto retomó y amplió esta fiesta acompañándola de elaborados platos y de sake fino, y vinculando la contemplación de las flores con la escritura de poemas.

 

Después, esta costumbre fue adquirida por los samurái y posteriormente por el pueblo, y finalmente se convirtió en tradición nacional en el siglo XVII. Actualmente, esta celebración de la primavera coincide con el inicio del curso escolar y universitario y del año fiscal (1 de abril).

 

La flor del sakura se considera en Japón un símbolo de belleza efímera, una metáfora de la vida, brillante y hermosa, pero frágil y pasajera. Está presente desde hace siglos en la literatura, las artes y la artesanía, además, se le han dedicado innumerables obras artísticas y canciones, desde las más tradicionales hasta las más modernas de estilo J-Pop, y es un motivo decorativo que aparece infinitas veces en kimonos, vajillas, muebles, etc. Incluso está representada en la moneda de 100 yenes.

 

Dónde disfrutar del hanami

Cada región y cada ciudad tienen su propio paseo bajo los cerezos, pero hay algunos lugares que son especialmente conocidos. El primer sitio donde florece el sakura es en la prefectura de Shizuoka y en concreto destaca la ciudad de Kawazu, que cuenta con 8.000 cerezos y cada año reúne a más de un millón de visitantes durante la celebración del ‘Festival de la Flor del Cerezo’.

 

Uno de los lugares más impactantes es el monte Yoshino, en la prefectura de Nara, famoso por sus más de 30.000 cerezos que cubren la montaña. Destaca también el parque del castillo de Osaka o el jardín del Museo de la Moneda (abierto sólo para esta ocasión) donde se pueden observar especies únicas de cerezos.

 

En Kioto se puede disfrutar del hanami en el parque de Maruyama; el Camino de los Filósofos en la orilla del canal entre el Pabellón de Plata y el templo Nanzenji; el santuario Heian con sus numerosos cerezos llorones a orillas del estanque; el río Kamogawa que atraviesa la ciudad; el santuario Hirano, destacado por sus numerosas variedades y su iluminación nocturna; o el canal Okazaki, que permite disfrutar de un paseo en barco bajo los cerezos.

 

En Tokio los lugares por excelencia para vivir el hanami son el parque de Ueno, así como el jardín Shinjuku Gyoen, y el foso de Chidorigafuchi cerca del Palacio Imperial, donde es posible alquilar barcas para navegar por los canales admirando los cerezos. Otros espacios destacados son el parque Sumida a orillas del río, cerca de Asakusa, o el jardín botánico de Koishikawa, que brindará al viajero la oportunidad de observar diferentes variedades de este tipo de árboles. Además, en las principales ciudades de Japón, especialmente en los parques, los cerezos se iluminan por la noche permitiendo disfrutar de lo que se conoce como yozakura o “contemplación de los cerezos por la noche”. La iluminación con luz blanca de estos árboles ofrece una imagen nocturna espectacular en los diferentes rincones de Japón.

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