Gloudina Greenacre, Coordinadora de la Fundación Fauna de la Amazonía

La Fundación Fauna de la Amazonía trabaja en el Corredor Ecológico Llanganates-Sangay, una de las zonas más biodiversas de Ecuador, donde construye un centro de rescate de fauna y flora silvestre, además de estar enfrascada en otras iniciativas de conservación en la Provincia de Pastaza. La naturalista sudafricana Greenacre, quien vive hace más de cinco años en este país, nos habla del proyecto.

¿Puede hablarnos de la Fundación en que trabaja?

-Registramos la Fundación hace poco. Está dedicada a la protección de la naturaleza, principalmente a la fauna silvestre. Trabajamos en varias áreas como educación, investigación, veterinaria y reforestación.

¿Trabajan para el gobierno o son independientes?

-Somos una ONG, aunque tenemos colaboración con el gobierno. Por ejemplo, hemos recibido apoyo para la construcción de una pequeña carretera de acceso a nuestro proyecto, que está ubicado en las cercanías del Parque Nacional de Llanganates.

¿Qué acciones realizan en el marco del proyecto?

-El proyecto principal es la creación de un nuevo centro de rehabilitación para animales silvestres rescatados de situaciones difíciles, con las condiciones apropiadas para su sobrevivencia y rehabilitación, pero solo de los que se encuentran en el área donde tenemos el terreno. Como nunca se ha hecho ningún estudio, estamos investigando los animales que viven allí y a partir de esos resultados construiremos el centro de rehabilitación.

¿Cuántas especies tienen identificadas?

-Llevamos seis meses allí y, sin investigar, hemos visto unas cien especies de aves y algunos mamíferos, aunque con las cámaras-trampa que estamos poniendo debemos tener mejores resultados en el futuro.

¿De quién proceden los fondos con los que trabajan?

-Son básicamente nuestros –de quienes formamos el equipo– y de donaciones espontáneas y esporádicas de personas que nos conocen y a quienes les gusta nuestro trabajo.

Después de tanto tiempo en esta parte de la Amazonía, ¿cuál es su opinión sobre lo que se necesita en aras de la protección del entorno?

-Lo primero es educación básica sobre contaminación y respeto a la naturaleza. Luego mayor atención a las leyes ambientales, porque Ecuador tiene leyes y derechos constitucionales para la naturaleza, algo que muchos países no tienen. Sin embargo no se aplican, por lo que habría que buscar la forma de que eso funcione mejor.

¿Qué otros países conoce en América Central y del Sur?

-Perú y un poco de Colombia.

¿Cree que Costa Rica podría ser un referente para el trabajo de los naturalistas en Ecuador?

-Deberían seguirse los modelos de Costa Rica. Sé que varios grupos ecuatorianos de protección de la naturaleza han vinculado las reservas naturales ecuatorianas con las de Costa Rica a partir de convenios de colaboración para animar a la gente de aquí a que sigan sus pasos.

¿Qué opina acerca de tantos teleféricos o funiculares sobre árboles y ríos?

-Creo que si se trabaja con ecoturismo es posible no afectar la naturaleza, pero si estos teleféricos fueran muchos, con un flujo masivo de turistas, entonces habrá un impacto negativo. Esto debe hacerse conscientemente y para que el turismo local aprecie más el bosque.

Más información sobre el proyecto en: www.amazoniarescue.org