Huella francesa en la cultura cubana

07 de Mayo de 2014 11:34pm
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Sobre los enigmas y curiosidades de la historia de la huella francesa en Cuba expuso el periodista y escritor cubano Ciro Bianchi en la primera jornada de conferencias en la Feria Internacional de Turismo, FITCuba, que sesionó el miércoles.

El estudioso contó cómo desde épocas pasadas la influencia de las tradiciones y la cultura de esa nación europea ha estado presente en la vida de los cubanos. Por ejemplo, para inicios del siglo XIX nacía la contradanza criolla, con los ritmos del danzón, la habanera, la guajira, el vals y la contradanza.

Justamente París -apuntó Bianchi- fue uno de los primeros escenarios internacionales de la música cubana en toda Europa, y desde allí comenzó el interés por los ritmos de esta región de América, con el son y la conga que arrebataban en la tierra caribeña.

En su momento, comentó, los Zafiros se presentaron en el teatro del Olimpia, mientras que el teatro de los campos Elíseos sirvió de pista de despegue al cubano Jorge Luis Prat.

Desde Francia llegó el premio al ingeniero Francisco Albear por la obra del Acueducto de La Habana, que constituye hoy una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana.

Mientras, obras sociales y económicas de gran impacto como el Túnel de La Habana y el de Quinta Avenida fueron ejecutadas por empresas francesas.

José Lezama Lima, que conoció como pocos la cultura francesa, no estuvo nunca en esa nación europea, el modernista Julián del Casal invirtió toda su fortuna en un anhelado viaje a Francia pero el temor a romper el sueño le impidió pasar de España, añadió.

El escritor y poeta cubano José Martí llegó a Francia tras su primer destierro y conoció allí a Víctor Hugo, comentó Bianchi, y subrayó que hubo siempre desde el siglo XIX poetas cubanos que adoptaron el idioma francés como propio y así expusieron su obra.

Por otra parte, la cultura francesa llega como uno de los afluentes en la cocina cubana, en la cual no pocas recetas se fueron adaptando a los ingredientes típicos de la gastronomía criolla, apuntó el periodista cubano.

Es así como la langosta termidor cubana se hace con ajo, ají, tomillo y mostaza que le dan olor y sabor diferente, comentó.
 

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