India: Turismo médico de alta calidad convive con una población rural casi sin asistencia sanitaria
La India, un país que se enorgullece de ofrecer turismo médico de alta calidad y medicamentos para el Tercer Mundo, tiene a su población más pobre, la rural, prácticamente privada de atención sanitaria básica. Así lo revelan datos oficiales dados a conocer recientemente en el propio Parlamento de esa nación.
Las cifras en cuestión muestran un desolador panorama en el campo indio, donde apenas 22.400 centros públicos ofrecen asistencia médica primaria para una población rural que supone tres cuartas partes de los 1.027 millones de habitantes del país.
Cuando un campesino se enferma, el primer recurso sanitario público a su disposición son los llamados “subcentros” médicos, unos 145.000 por todo el país, que ofrecen servicios de enfermería.
Para ser atendidos por un médico, han de acudir a los “centros de salud primaria”, de los que existen menos de 22.400, pero el gobierno considera que sólo hay un déficit de 4.800.
Y aún, unos 800 de los centros de atención primaria existentes “trabajan sin un solo doctor”, admitió el ministro de Salud, Ambumani Ramadoss, ante el Parlamento.
Aunque en cada uno de 22.400 centros primarios debería haber una mujer para asistir a las pacientes, sólo disponen de este personal unos 15.500 de ellos.
La situación para los enfermos no mejora cuando se trata del tercer nivel de atención, los ambulatorios, que son sólo 4.000 en todo el campo indio mientras Ramadoss calculó que harían falta otros 2.500.
Estos primeros hospitales cuentan con unas decenas de camas para ingresar a pacientes y ofrecen teóricamente la asistencia de un cirujano y de especialistas en obstetricia y pediatría.
Sin embargo, en realidad disponen de un cuerpo de especialistas de 5.000 médicos y tienen otras 9.500 plazas sin cubrir.
Hasta para hacerse una radiografía faltan encargados: sólo hay 1.700 para 4.000 plazas aprobadas, de acuerdo con el ministro.
Las cifras oficiales revelan igualmente una aguda carencia de enfermeras tanto en los centros primarios como en los ambulatorios, con apenas 30.000 de las 50.000 plazas cubiertas.
Para paliar la situación, el Ministerio de Salud estudia medidas como elevar la edad de jubilación de los médicos, asignarlos a hospitales más cercanos a su lugar de origen y subir un tercio sus salarios, de acuerdo con lo expuesto en el Parlamento.
El inquietante estado del sistema de salud indio se suma a la falta de Seguridad Social en este país, que sólo el pasado primero de abril empezó a implantar un esquema de atención médica gratuita para sus más pobres, aquellos que viven con menos de 12 rupias (menos de 0,2 euros/unos 0,3 dólares) al día.
El esquema prevé atención sanitaria sin coste tanto en centros públicos como privados para 12 millones de familias que viven bajo el umbral de la pobreza con un gasto estimado en 7.500 millones de rupias (125 millones de euros/195 millones de dólares) en este año, aunque al parecer tendrán que conformarse con acudir a hospitales casi sin enfermeras o médicos.
Mientras, sólo en 2004 el país ingresó más de 200 millones de euros (313 millones de dólares) gracias a los 150.000 extranjeros que vinieron a la India a recibir tratamiento médico, según los últimos datos del Ministerio de Turismo.
El gobierno ha decidido potenciar el “turismo médico”, con la concesión de visados especiales para extranjeros que quieran hacerse cirugías o tratamientos a precios muy inferiores a los que tienen en países desarrollados.
Según sus datos, el sector tiene un crecimiento anual del 25 por ciento y el potencial de alcanzar en 2010 un valor cercano a los 1.500 millones de euros (unos 2.350 millones de dólares).
Naturalmente, la oferta se apoya en la red privada de buenos hospitales con paneles médicos completos existentes en las principales ciudades indias, cuyos precios resultan atrayentes para el extranjero y prohibitivos para la mayoría de los indios.
En ellos, previo pago por adelantado, una consulta médica con analítica básica cuesta unas 1.200 rupias (20 euros/unos 31 dólares) y un par de noches de hospitalización para tratar una deshidratación suben a 12.000 rupias (casi 200 euros/unos 313 dólares).