Las vacaciones son el doble de necesarias en etapas de crisis, confirman estudios
Fuente: New York Times/Travel Update
El precio del combustible sube, la economía baja y es difícil justificar unas vacaciones cuando muchos nos alegramos por el hecho de tener un trabajo. Pero ahora, más que nunca, necesitamos un descanso -un verdadero descanso, no tan sólo un fin de semana largo- de nuestras vidas estresadas.
Pero resulta que, aún antes de esta crisis, muchos norteamericanos estaban trabajando en vez de coger sus vacaciones, tomando menos y más cortos descansos, y esa tendencia se ha ido extendiendo también a Europa y todo el mundo.
Un estudio global realizado por Expedia.com encontró que cerca de un tercio de los norteamericanos usualmente no toman todas las vacaciones que les corresponden, dejando un promedio de tres días pendiente.
Esto no es poco usual. Cerca del 25% de los trabajadores en Inglaterra no toman todos sus días de vacaciones, y en Francia sólo un poco menos que ese porcentaje. La única diferencia es que los ingleses toman un promedio de 26 días de vacaciones y los franceses unos 37, en comparación a los 14 días que, en promedio, se toman los estadounidenses, según Expedia.com.
Según John de Graaf, director ejecutivo de Take Back Your Time (retoma tu tiempo), organización sin fines de lucro que estudia temas relacionados con el trabajo en exceso, 137 países exigen el pago de los días de vacaciones no trabajadas. Estados Unidos es el único país industrializado que no lo hace.
He aquí algunas cifras: la Oficina de Estadísticas Laborales reporta que cerca de un cuarto de todos los trabajadores del sector privado no tienen vacaciones pagas.
El Conference Board, grupo de investigación privado, informó que el número de norteamericanos que desde abril tomarían vacaciones en los próximos seis meses está en el punto más bajo de los últimos 30 años, según sus estudios regulares. Sólo 39% de los encuestados que respondieron dijeron que tomarán vacaciones en el próximo medio año.
Esta es la cifra más baja desde 1978 y refleja una tendencia a la baja desde el 2000, cuando, en abril de ese año, 49% dijo que estaban planeando un viaje en los siguientes seis meses.
Quiénes descansan tienen mejor salud y trabajan con más energía
Realmente, las vacaciones no son simplemente un lujo. Hay una creciente evidencia de que en realidad son necesarias para la buena salud.
Utilizando informes del Framingham Heart Study, que comenzó en 1948, los investigadores se fijaron en cuestionarios completados por mujeres sobre cuán seguido ellas tomaron vacaciones durante 20 años. Las mujeres que descansaron una vez en cada seis años o menos, era casi ocho veces más propensas a desarrollar enfermedades coronarias o a tener una ataque cardíaco que aquellas que tomaron vacaciones dos veces al año por lo menos, informó Elaine Eaker, co-autora del estudio y presidente de Eaker Epidemiology Enterprises, empresa privada de investigación.
El estudio, publicado en 1992, fue controlado para otros factores como obesidad, diabetes, cigarrillo e ingresos y los resultados siguieron siendo similares en investigaciones posteriores.
"Muestran cómo el cuerpo reacciona al estilo de vida del estrés", dijo Eaker. "Esta es la verdadera evidencia de que las vacaciones son necesarias para nuestra salud física".
Otro estudio, publicado en el 2000, estudió por nueve años a 12.000 hombres con alto riesgo de problemas coronarios. Quienes no tuvieron vacaciones anuales, tenían 21% más de probabilidades de morir por cualquier causa y 32% más de probabilidades de morir de un ataque cardíaco.
Entonces, olvídese de bajar el colesterol y de los ejercicios, mejor me voy a las Bahamas. Pero, aún cuando no tenga problemas cardíacos, un descanso de por lo menos una semana -mejor dos, para realmente desconectarse- ayudará a relajarse y a dormir mejor. Mark Rosekind, presidente y científico en jefe de Alertness Solutions, firma de consultoría científica, trabajó con pilotos y astronautas de la NASA en aspectos relacionados con el sueño.
En 2006, Air New Zealand le comisionó para que midiera científicamente el beneficio de las vacaciones. Él pidió a un grupo de 15 personas que viajaban desde la Costa Oeste de los Estados Unidos a Nueva Zelanda por vacaciones que durarían de una semana a doce días, que usaran un brazalete para monitorear la cantidad y calidad del sueño, tres días antes del viaje, durante las vacaciones, y tres días después, para determinar cuáles eran sus reacciones antes, durante y después de las vacaciones.
Los participantes también fueron conectados a un monitor cerebral durante las 123 horas del vuelo, habiendo también sido medidas otras variables como salud, tipo de trabajo y género.
Después de unos días de vacaciones -normalmente fueron más de dos o tres- los participantes lograron una hora adicional de buen sueño y hubo un 80% de mejora en el tiempo de sus reacciones.
"Cuando llegaron a su casa, aún seguía durmiendo casi una hora más, y el tiempo de sus reacciones continuaba siendo de 30 a 40% mejor que antes de hacer el viaje", dijo Rosekind.
El truco: los días de vacaciones no son sólo para cortar físicamente con la rutina, sino también mentalmente. Leer el BlackBerry a cada rato o correr a ver Internet no ayuda a cortar la rutina.
Por 10 años, la Faculty of Management de la Tel Aviv University hizo un estudio para medir el grado de descanso del estrés de trabajo antes, durante y después de las vacaciones.
El professor Dov Eden, psicólogo organizacional que condujo el estudio, encontró que quienes seguían conectados electrónicamente después del trabajo, así estuviesen echados en la Riviera, tienen menos posibilidades de recibir los reales beneficios de una vacación y más cerca del estrés.
Mr. de Graaf busca una solución al problemas de la privación de las vacaciones, aunque ésta sea a largo plazo. Su organización está trabajando con el Congreso de Estados Unidos para buscar una legislación nacional que asegure vacaciones pagas, esperando que la misma sea efectiva el año venidero. Busca que existan vacaciones obligatorias de tres semanas al año, lo que podría agregar de 2 a 4% más al costo laboral, pero sería compensado con menores faltas al trabajo por estrés o problemas de salud.