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México requiere acciones urgentes que eviten deterioro en sus zonas arqueológicas, asegura especialista

03 de Julio de 2007 7:22pm
godking

México requiere con urgencia de acciones institucionales y normativas que eviten el deterioro de zonas arqueológicas como Chichén Itzá, ante el incremento masivo de turistas, aseguró el investigador Iván Franco Cáceres.

Al participar en el Foro Turismo y Patrimonio Cultural, auspiciado por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el investigador destacó la falta de normas para prevenir el deterioro de sitios arqueológicos o históricos.

Apuntó que en México casi el 50 por ciento del atractivo turístico se basa en su amplio y rico pasado prehispánico e histórico.

En su ponencia, advirtió sobre los efectos negativos que podría tener para Chichén Itzá su nominación como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno, por falta de condiciones físicas y normativas para prevenir la llegada masiva de visitantes.

"Las consecuencias sobre el propio centro urbano milenario de la cultura maya del periodo clásico son auténticamente imprevisibles, como también lo serán para las otras grandes urbes y monumentos que podrían recibir tal calificativo", abundó.

Añadió que la zona maya "no puede rebasar en las actuales condiciones de infraestructura, servicios y problemas internos de custodia y limpieza" un incremento de hasta 300 mil visitas por año, las cuales "pueden significar grave deterioro a corto y mediano plazo".

Por ello, el especialista pidió al estado y a la sociedad asumir su responsabilidad de crear las condiciones políticas para la generación de conciencia, resguardo institucional, así como educación nacional y universal, respecto a zonas arqueológicas e incluso culturas vivas.

Debemos, abundó, concebir al patrimonio cultural como un principio educativo, forjador de identidad local y conciencia colectiva, nacional y mundial, y evitar reducirlo a un producto consumible dentro del paquete turístico de moda.

Franco Cáceres apuntó que si el turismo se concibe como una prioridad nacional, "habría en todo caso que preservar el contenido humanístico y una dimensión social amplia, no sólo económica, del patrimonio que sirve de base para su operación".

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