Panamá: Crucero “Sea Voyager” seguirá la ruta de las ballenas jorobadas

Panamá. El crucero "Sea Voyager", de la línea naviera Cuna de Vida, iniciará un recorrido de cuatro días y tres noches por el Archipiélago de las Perlas, en el Pacífico de este país, en la ruta de las ballenas jorobadas y el dominio de antiguas culturas indígenas.
La iniciativa fue lanzada por el inversionista suizo André Niederhauser, quien invitó a dpa a recorrer algunos destinos a bordo del barco, un hotel flotante con servicios de lujo y 33 camarotes para 64 turistas, que hasta hace algunos años estuvo en servicio en la península Antártica.
"Este proyecto es un ejemplo de turismo de bajo impacto y de largo plazo, que se hace con la participación de las comunidades costeras, y difiere de las malas experiencias que causaron daños a playas y escenarios naturales en países de Latinoamérica", señaló Niederhauser mientras aparecían hacia estribor ballenas jorobadas.
El "tour" del crucero será inaugurado oficialmente el 31 de octubre y demandó en dos etapas una inversión de 13 millones de dólares. Los viajeros tendrán un precio promocional de 225 dólares por persona por noche, con la promesa de observar la naturaleza, lo que supone una nueva forma de turismo en Centroamérica.
La nave cruzará parte del Archipiélago, con una superficie total de 600 kilómetros cuadrados. El complejo insular está integrado por unas 39 islas y 100 islotes, y deriva su nombre de las antiguas pesquerías dedicadas a la extracción de perlas del fondo marino.
De hecho, de las aguas en el litoral Pacífico panameño proviene la perla natural rara y famosa del mundo: la Peregrina, que perteneció a la Corona en el siglo XVI y luego fue adquirida por el actor británico Richard Burton, quien la obsequió a la actriz estadounidense Elizabeth Taylor.
En el Golfo de Panamá y particularmente en el Archipiélago de las Perlas se presenta el afloramiento costero, que contribuye a la abundancia de la fauna marina y atrae a cardúmenes que sirven de alimento a mamíferos marinos y a otras especies, precisó el biólogo Benicio Wilson, quien instruye a turistas a bordo del Sea Voyager.
Además de la observación de cetáceos, otro atractivo para los viajeros en la nave es la posibilidad de ver el "green flash", un efímero fenómeno óptico que ocurre durante el ocaso en el mar, cuando el sol parece una mancha verde en el horizonte, bajo condiciones de cielo despejado y escasa humedad en el aire.
Niederhauser indicó que un estudio de mercado identificó a turistas estadounidenses y europeos como potenciales clientes de una excepcional expedición en la que se aprecia el majestuoso vuelo de pájaros marinos, como el pelícano pardo, las tijeretas, las fragatas y aves playeras migratorias.
Al respecto, Augusto Terracina de la empresa operadora Aventuras 2000, manifestó que el crucero es una alternativa interesante y cómoda, que demandará el traslado ágil y seguro de pasajeros, y el desarrollo de pequeños hoteles en áreas que ofrecen un contacto con la naturaleza y la cultura indígena.
Los promotores prevén el uso de luces flotantes para simular grandes piscinas en el mar y la organización de fogatas bajo la luz de la luna en playas de finas arenas, con una actitud de respeto a los ecosistemas, dijo Erasmo Estripaut, gerente del Sea Voyager.
Uno de los paraísos en la ruta de la nave es la isla Contadora, utilizada por Francisco Pizarro para iniciar la conquista del Perú.
El lugar sirvió de refugio al desaparecido sha de Irán, Mohammad Reza Pahlevi, y albergó reuniones presidenciales para la negociación de la paz en Centroamérica.
Otro punto de interés es la isla San Telmo, donde está sumergido el "Explorer", primer submarino de hierro del mundo, fabricado en 1864 por el alemán Julius Kroehl para las tropas de la Unión en la Guerra Civil de Estados Unidos, que inspiró al genio literario francés Julio Verne, autor de "Veinte mil leguas de viaje submarino".
El "Explorer" habría sido utilizado en la búsqueda de perlas en Panamá, pero el Sea Voyager apuesta a algo más grande: el descubirimiento de maravillas naturales, indicó Niederhauser, quien planea construir una pista de aviones en la isla del Rey, la mayor del Archipiélago de las Perlas.




