Perú: Florecimiento de ofertas de lujo genera quejas de residentes en zonas turísticas

25 de Abril de 2008 10:19pm
godking

Fuente: AP

Perú. Aquejada por una inflación descontrolada y una sanguinaria guerrilla maoísta, este país no era el sitio ideal para instalar hoteles fastuosos para los ricos. Pero las cosas están cambiando. Una paz relativa y una economía en alza han hecho que un territorio que atraía más que nada a mochileros y a turistas aventureros, empiece a recibir visitantes que quieren viajar con todas las comodidades.

El magnate Bill Gates y la actriz Cameron Díaz visitaron recientemente el Machu Picchu, donde uno puede alojarse en una habitación con vista a la famosa fortaleza por 965 dólares la noche. En la vecina Cusco, a 3.400 metros (11.500 pies) de altura, uno puede alojarse en habitaciones a las que se les suministra oxígeno adicional a un costo de 30 dólares diarios.

Las iniciativas del gobierno de Alan García para desarrollar el turismo caro, no obstante, están siendo criticadas por los residentes de las zonas turísticas, que dicen que no les benefician en nada. A principios del año una protesta paralizó el aeropuerto de Cusco y bloqueó la línea del ferrocarril de esa ciudad.

"Cusco no se vende! Cusco se defiende!", corearon los manifestantes.

La economía creció un 9% en el 2007, por noveno año seguido. Pero la pobreza persiste, especialmente en muchas de las localidades andinas turísticas, y afecta al 44% de los 27 millones de habitantes que tiene el país.

El gobierno dice que el turismo genera empleos. La mayoría de los manifestantes, sin embargo, no trabaja en la industria turística y plantea reclamos relacionados con la salud y la educación. Sostienen que un puñado adicional de mozos y botones no cambiarán nada.

"La mayor parte de la gente de Cusco vive de la agricultura", expresó Gonzalo Valderrama, un antropólogo de la zona, de 30 años, que se plegó a las protestas. "El hecho de que inviertan más en turismo no beneficia necesariamente a la gente de los alrededores".

El turismo se duplicó en los últimos seis años. En el 2007 ingresaron a Perú 1.800.000 turistas, comparado con los 998.000 del 2002, según el Ministerio de Turismo. Una de las razones es una efectiva campaña publicitaria lanzada hace dos años.

Unos 160.000 turistas gastaron al menos 1.000 dólares diarios el año pasado, de acuerdo con Tibisay Monsalve, gerente general de la Sociedad Hoteles del Perú.

En la última década 800.000 personas visitaron el Machu Picchu. El flujo de turistas se duplicó en ese período, lo mismo que los precios.

Cusco tiene ahora media docena de hoteles de cuatro estrellas, cuatro más que a comienzos de la década de 1990, cuando la ciudad atraía más que nada a turistas osados dispuestos a visitar un país estremecido por las guerrillas de Sendero Luminoso.

Las pintorescas montañas andinas fueron el epicentro de la guerra sucia entre la guerrilla y los militares, durante la cual murieron casi 70.000 personas.

Antiguamente había muchas noticias en el exterior de mucha problemática en el país. La gente ya se siente más segura de poder venir al Perú'', manifestó Monsalve.

En lugar de hippies con ponchos peruanos, ahora se ven modelos que son fotografiadas para la revista de modas Vogue. En las inmediaciones del Machu Picchu y del Valle Sagrado de Cusco, los turistas pueden recibir masajes con piedras calientes o inscribirse en sesiones de yoga al atardecer, luego de una agotadora caminata.

La agitación social de comienzos del año representó un salto al pasado y abundaron las imágenes de turistas escoltados por la policía.

Los manifestantes cuestionaron nuevas leyes que alivian las restricciones a las construcciones, mayormente de hoteles, en zonas históricas o sitios arqueológicos.

Como consecuencia de las protestas, el Congreso modificó la legislación y dio a las autoridades locales y regionales más poder para decidir si se puede construir en sitios arqueológicos, incluido el Machu Picchu.

La medida no satisfizo a todos y hay quienes creen que las empresas de construcción encontrarán la forma de burlar las disposiciones debido a las vaguedades de la legislación y a numerosas lagunas jurídicas.

El objetivo de las manifestaciones era hacer quedar mal a Perú en momentos en que el gobierno promueve al país como un lugar ideal para la inversión extranjera. Perú será sede de dos conferencias importantes este año, incluida la del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC).

Las cosas se han calmado, pero las amenazas de nuevas protestas hicieron que las autoridades tuvieran que traladar la conferencia de la APEC de Cusco a Lima.

"Lo único que hacen (las protestas) es perjudicar a Cusco", sostuvo el ministro de Economía Luis Carranza durante las manifestaciones. "Disminuye el flujo de ingresos porque no vienen los turistas".

Se pronostica que este año se mantendrá un crecimiento económico sólido y se esperan unos 200.000 turistas acaudalados, según fuentes de la industria.

Starwood Hotels, que administra las cadenas de hoteles Sheraton y Westin, planea construir tres hoteles de lujo en los próximos tres años, incluido uno de 192 habitaciones en Cusco. La cadena Hilton también tiene un terreno allí.

Otro sector que no está contento con el rumbo que han tomado las cosas es el de los mochileros. El ingreso al Machu Picchu subió de 27 a 45 dólares y el viaje más barato de ida y vuelta en tren de Cusco a la fortaleza cuesta unos 100 dólares.

"El turismo está ahora orientado a las visitas en grupo y los tours", comentó Matt Ward, un turista londinense de 34 años.

Justina Balczeweska, estudiante polaca de diseño de interiores de 22 años, dijo que el Machu Picchu fue el sitio más caro que visitó durante un recorrido de dos semanas. Su recomendación: "Busque un buen lugar, sin turistas".

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