Presentan en La Habana tercer capítulo de serie documental “1912: Voces para un silencio”

22 de Mayo de 2013 11:38pm
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Siempre que se interroga al pasado se hace con una intención, no hay ingenuidad en ello: se busca una respuesta a una pregunta de hoy. Así lo aseguró este miércoles el doctor Eduardo Torres Cuevas, director de la Biblioteca Nacional José Martí y presidente de la Academia de la Historia de Cuba, al presentar el tercer capítulo de la serie documental “1912: Voces para un silencio”, de la realizadora Gloria Rolando.

El audiovisual fue exhibido al cierre de una de las sesiones del Coloquio Internacional “La diversidad cultural en el Caribe” -que se realiza hasta el viernes en la Casa de las Américas de La Habana-, y forma parte de una trilogía que recorre la gestación, el desarrollo y la represión de un movimiento político que buscaba reivindicar los derechos de una población marginada aun después de alcanzada la independencia de España.

El documental reúne recortes de prensa, otros documentos, opiniones de historiadores y relatos de descendientes de los protagonistas y testigos del alzamiento de los Independientes de Color, momento poco difundido de la historia cubana cuyas causas, progreso y consecuencias -la masacre de miles de personas negras y de los líderes Evaristo Estenoz y Pedro Ivonet- se revelan a lo largo de unos 50 minutos.

A propósito de este material, Torres Cuevas contó que vivió los orígenes del proyecto, las dificultades que entrañó y afirmó que verlo realizado es una gran satisfacción, al tiempo que elogió la calidad artística que complementa la fidelidad y la amplitud de miras con que se enfoca un tema especialmente sensible para los cubanos, así como la diversidad de matices y generaciones que convergen en el discurso del audiovisual.

Dijo que la protesta armada de los Independientes de Color, que se iniciara el 20 de mayo de 1912 en respuesta a la inacción del gobierno de José Miguel Gómez ante la discriminación a que eran sometidos los habitantes negros de Cuba, fue la expresión máxima de una historia anterior, y apuntó que la opresión había cambiado con la llegada de la República: era más sutil, pero sus resultados eran tanto o más agresivos que antes.

El Partido Independiente de Color, sus acciones políticas y la posterior convocatoria a un alzamiento que duró menos de un mes ante la represión desplegada por fuerzas militares superiores en efectivos y armamento, fueron sometidos a una intensa manipulación mediática, que afianzó en la población blanca de la isla antillana la sensación de temor ante posiciones de los negros que fueron rápida y superficialmente etiquetadas como “racistas”.

Según apuntan varios de los historiadores que intervienen en el documental de Gloria Rolando, y obra en recortes de prensa y otros documentos, el programa del PIC trascendía el tema racial y denunciaba problemas que eran evidentes ya en la joven república, como la pobreza en que se encontraba sumido un importante segmento de la población cubana y la corrupción política.

Aunque la serie concebida por Rolando consta de tres capítulos y el presentado en la Sala Che Guevara cierra el proyecto, Torres Cuevas convidó a la realizadora a continuar con un tema al que, dijo, no se le ha dado la dimensión que posee, pues muchos de los prejuicios que aquel amargo momento de la historia cubana desató han dejado profundas huellas en la isla caribeña.

La proyección del tercer capítulo de “1912: Voces para un silencio” fue precedida por la interpretación de la “Clave a Maceo”, de Sindo Garay, a cargo del Coro Diminuto -que integran niñas y niños cubanos-, y tuvo como cierre una emotiva presentación del grupo Vocal Baobab.
 

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