Prevención de las enfermedades del viajero
Con el fin de prevenir problemas de salud y, en definitiva, hacer del viaje que planificamos una experiencia positiva, conviene tener una noción de las enfermedades más frecuentes del país o zona geográfica de destino, para poder hacer frente a cualquier acontecimiento adverso desde el punto de vista sanitario.
En muchas ocasiones se trata de países como los del trópico, que tienen ecosistemas ricos en microorganismos y, por tanto, con alta incidencia de enfermedades infecciosas. Los viajeros son precisamente las personas más susceptibles de padecer en destino, e importar a sus respectivas naciones, enfermedades agudas contra las cuales, a diferencia de los residentes de la zona, no poseen inmunidad.
Un viajero que regresa del trópico debe mantener la alerta una vez ha regresado a su país de origen. Independientemente que el viaje haya sido una experiencia positiva y se haya producido el regreso en condiciones favorables de salud, se puede dar el caso de que el viajero se encuentre indispuesto días después.
A efectos prácticos, conviene tener en mente los períodos de incubación de las diferentes enfermedades infecciosas ante un paciente con fiebre que ha regresado hace poco de un viaje:
-Corto (<10 días): malaria, arbovirasis (dengue y fiebre amarilla), rickettsiosis, peste, salmonelosis no tíficas.
-Intermedio (10-21 días): malaria, fiebres hemorrágicas víricas, brucelosis, tripanosomiasis africana, fiebre tifoidea.
-Largo (>21 días): malaria, infección aguda por HIV, hepatitis víricas, tuberculosis, amebiasis diseminada, leishmaniasis visceral, filariasis linfática aguda, esquistosomiasis aguda (síndrome de Katayama).
Respecto a pacientes crónicos que han regresado recientemente de un viaje, es recomendable una visita médica aunque no presenten ningún síntoma ni alteración a su regreso.
Finalmente, y a modo de reflexión, no está de más recordar que se debe buscar información sobre la cultura del país que se va a visitar por parte del viajero. A este respecto, se deben tener presente las recomendaciones siguientes:
-Adquiera una buena guía que incluya un resumen histórico, cultural, legislativo y político del país: le ayudará a entender la idiosincrasia de cada pueblo y le ahorrará malentendidos. Es recomendable que incluya frases o fórmulas sencillas en los idiomas locales.
-Ahorre recursos locales. En el extranjero o en su propio país los recursos locales pueden ser limitados. Sea cuidadoso en el cierre de grifos, luz y aire acondicionado cuando salga de su alojamiento.
-Pida permiso para hacer fotografías. Si no domina el idioma, una sonrisa y la voluntad de entenderse pueden ser suficientes.
-No adquiera artesanía confeccionada con fauna o flora salvajes, especialmente si pertenece a especies protegidas. El que adquiere o importa patrimonio histórico, cultural o natural sin los permisos correspondientes es un expoliador.
-Valore las normas de conducta y de vestir locales. Las ideas de lo que es correcto y de lo que es moda varía según los países.
-Sea amable, paciente y disfrute de su viaje intensamente. No dude en pedir ayuda o información si la necesita; tenga la seguridad que la población autóctona le atenderá.
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