Richard Skerritt, Ministro de Turismo, Deportes y Cultura de St. Kitts y Nevis

08 de Enero de 2008 1:02am
godking

La Iniciativa de Viajes para el Hemisferio Occidental, que exige a ciudadanos norteamericanos portar pasaporte para sus movimientos a México y el Caribe, significó un duro golpe desde el 2007 para las islas de St. Kitts y Nevis. Este destino busca mitigar ese efecto dando mayor espacio al turismo de lujo, fortaleciendo conexiones aéreas que lo enlazan con la región y el resto del mundo, y reforzando promoción internacional de los principales eventos culturales que acogerá en el 2008.

¿Cumplió la Copa Mundial de Críquet con su cometido para St. Kitts y Nevis desde el punto de vista turístico, aún a pesar de la Iniciativa de Viajes para el Hemisferio Occidental?

-Realmente vimos un impacto significativo en los primeros meses del año que ya terminó, y me estoy refiriendo específicamente al impacto provocado por la Iniciativa de Viajes para el Hemisferio Occidental. Las llegadas de turistas norteamericanos decrecieron en un 7% en enero y en un 5% en febrero. Hubieran caído también en marzo de no haber sido por la Copa Mundial de Críquet. Aproximadamente unas 3 mil personas provenientes de Estados Unidos, entre ellos muchos residentes nuestros allá, hicieron el viaje para presenciar los encuentros.

Pero, sin lugar a dudas, la Iniciativa de Viajes para el Hemisferio Occidental afectó seriamente a St. Kitts y Nevis, sobre todo en los dos primeros trimestres del 2007. Ya en el verano, el arribo de turistas estadounidenses se comportó a niveles similares a los del 2006, pero aún así continuamos enfrentando dificultades.

¿Cómo hicieron para cerrar la brecha, para mitigar el problema?

-No, no logramos cerrar la brecha ni mitigar el problema porque el problema nos golpeó de frente. Solamente estamos haciendo lo que siempre hemos hecho para asegurarles a nuestros visitantes una feliz estancia en nuestras islas. Afortunadamente, ahora estamos centrados en el turismo de lujo, quienes de todas formas siempre tienen pasaportes. Son viajeros de destinos que buscan islas como las nuestras. Esa estrategia nos ha permitido continuar atrayendo a los turistas.

¿Y qué pueden hacer para recuperar el terreno perdido en materia de negocios e inversiones vinculadas al turismo?

-No se trata de volver a atraer a los inversionistas, ya que muchos de ellos nunca han visitado St. Kitts y Nevis. Como ya le dije, seguimos haciendo lo que siempre hemos hecho. En estos momentos estamos redoblando nuestros esfuerzos para tratar de contrarrestar en algo los efectos negativos de la Iniciativa de Viajes para el Hemisferio Occidental.

¿Cuál será el objetivo del Ministerio de Turismo de St. Kitts y Nevis después de la Copa Mundial de Críquet?

-Nuestro mayor mercado es esa zona de Estados Unidos que conforman los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut. Estos han sido tradicionalmente los principales mercados de nuestras islas, con más del 55 por ciento del total de viajeros estadounidenses.

El otro mercado importante para nosotros es el que conforman las demás islas del Caribe, con un 23,5 por ciento de todos nuestros visitantes. Para ellos y para los visitantes del resto de nuestros mercados, estamos preparando el Festival Musical de St. Kitts y Nevis, que se realizará en el mes de junio, así como los festejos carnavalescos de diciembre.

La otra parte de la estrategia para el actual año que recién comienza ha sido el fortalecimiento de las conexiones aéreas hacia nuestro territorio, un elemento que recibió notable impulso con la apertura del vuelo directo de American Airlines desde la ciudad de Nueva York, y un vuelo directo desde Atlanta por parte de Delta Airlines a partir del 16 de febrero.

¿Existe vida después del azúcar y espacio para el crecimiento tras la muerte de ese cultivo en St. Kitts y Nevis?

-Hemos descubierto que existe una demanda para lo que tratamos de producir. Desde el fin de la industria azucarera nacional hace dos años, entre el 20 y el 25 por ciento de la gente vinculada a ese sector quedó sin empleo. El gobierno les está proporcionando ayuda a esas 300 personas aproximadamente en términos de salud, educación y bienestar social.

El turismo se ha encargado de suplir la brecha dejada por el azúcar y eso nos ha permitido reducir los efectos negativos del cesanteo a corto plazo. Hay una buena cantidad de proyectos turísticos que se van a construir en las zonas que anteriormente ocupaban las plantaciones cañeras. Tenemos plena confianza de que podremos expandir el turismo a todo lo largo y ancho de nuestro territorio, incluyendo las áreas boscosas y más recónditas, y eso nos permitirá a la larga crear nuevos empleos para la población.

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