Ryanair en el centro de la polémica en Dinamarca
El ayuntamiento de Aarhus, segunda ciudad más poblada de Dinamarca, anunció que se unirá a Copenhague en el boicot a Ryanair por negarse a firmar convenios laborales daneses para sus empleados.
"A partir de ahora usaremos aerolíneas que respeten los convenios vigentes y las condiciones laborales en el mercado de trabajo danés. Y por tanto Ryanair no es una de las compañías que podemos usar", explicó el alcalde de Aarhus, Jacob Bundsgaard.
Su homólogo de Copenhague, Frank Jensen, había revelado hace unas semanas al diario Berlingske que los empleados del ayuntamiento de la capital tenían prohibido usar Ryanair en sus viajes de trabajo. Jensen acusó entonces a Ryanair de promover el dumping social, lo que consideraba una "guarrería".
La negativa de la aerolínea irlandesa a firmar un convenio laboral danés ha provocado protestas en varios ámbitos y un conflicto en el Tribunal de Trabajo, que decidirá en los próximos días si otros sindicatos no afectados directamente pueden unirse a los paros y acciones de protesta.
Ryanair presentó recientemente una queja a la Comisión Europea (CE) por entender que el boicot de las autoridades de Copenhague viola las reglas de libre intercambio de servicios y favorece a otras compañías como la escandinava SAS.
Fuentes del sector alertan que el modelo Ryanair, basado en la precarización, se esté extendiendo por todo el continente y contagiando a otras aerolíneas. "Si antes se contrataba a 40 pilotos, hoy se contrata a 120 con menos salario", señalan las mismas fuentes.
Desde el sector se apunta al sistema de contratación de Ryanair, que, en el caso de la tripulación, se realiza a través de un bróker; y al asunto de la fiscalidad. Aunque los salarios de los pilotos sean más bajos, esto se compensa con el hecho de que tributen en Irlanda, con una carga impositiva más bajo. Algo que, evidentemente, afecta a la recaudación fiscal en los países donde opera.
Con información de La Vanguardia y EFE