Bonaire, un destino diferente en el Caribe
Lo primero que te tengo que pedir antes de que leas este artículo es que borres de tu mente todas las imágenes preestablecidas que tienes del Caribe. El relax en la playa, los impresionantes resorts, las lujosas piscinas al borde del mar... Bonaire no es nade de eso. Todo lo contrario. Es el lugar donde la naturaleza humana y la madre naturaleza se encuentran. Un destino natural e íntimo en el que el viajero puede centrarse en explorar la espectacular oferta de naturaleza inalterada de la que dispone.
El crecimiento responsable ha sido una de las máximas para Bonaire durante estos últimos años de mayor llegada de turistas a la isla. Conscientes de que su naturaleza genuina es uno de sus principales tesoros, el país ha asumido una estrategia de protección de estos espacios naturales.
Este fundamento es la razón de ser del 'Bonaire Bond', un proyecto por el cual el turista firma un compromiso de respetar los espacios naturales de la isla en su viaje, de manera que se proteja este patrimonio natural autóctono durante los años venideros.
Y es que los impresionantes corales marinos, además del resto de la biodiversidad de la isla, merecen ser protegidos ante la llegada del turista. La danza de los flamencos sobre las aguas turquesas de sus playas o el fascinante cielo estrellado que se puede contemplar desde la isla, gracias a la menor contaminación lumínica que hay, son otros de los tesoros naturales que caracterizan a Bonaire.
La concepción de sostenibilidad encuentra su mejor representación en esta isla del Caribe, en la que el turista es un invitado a quien descubrirle las maravillas naturales de la zona y no una razón por la que comprometer el medio ambiente del lugar.
Bonaire, encuadrada dentro de lo que conocemos como las "Antillas holandesas", cuenta tan solo con 22 mil habitantes, pese a ser una de los países más grandes dentro islas de Sotavento de las Antillas Menor, lo que da buena cuenta de cómo de importante es el ecosistema natural dentro de la isla.
Es, por todo esto, un destino diferente dentro del Caribe, alejado de esa concepción más comercial propia de otros lugares caribeños. Bonaire busca atraer, en mayor medida, a ese turista activo que no se contenta con disfrutar de una sombrilla y una tumbona en la típica playa de arena blanca y aguas cristalinas, y que, por el contrario, entiende los viajes como una oportunidad para sumergirse en la cultura y la naturaleza de un lugar.
El país orienta su estrategia turística a aquellos mercados con los que cuenta con conexiones directas: Bruselas y Ámsterdam en Europa, Atlanta, Houston, Miami y Newark en los Estados Unidos, y República Dominica, Aruba y Curazao en el Caribe, y pretende también en el futuro cercano ampliar sus conexiones con Latinoamérica.