La Fontana di Trevi en mantenimiento; la alternativa para lanzar monedas decepciona a los turistas
La emblemática Fontana di Trevi en Roma, conocida por la tradición de lanzar monedas que asegura el regreso a la Ciudad Eterna, ha sido temporalmente reemplazada por una improvisada piscina rectangular mientras se llevan a cabo trabajos de mantenimiento. Esta solución, un simple contenedor de madera sin adornos, ha causado revuelo entre los visitantes, generando opiniones encontradas.
A partir de octubre, las autoridades romanas instalaron esta pequeña piscina junto a la fuente, cercada con una barrera de plástico. Mientras algunos visitantes se ríen de la curiosa adaptación, otros la han descrito como "fea" y "decepcionante". Daniela Carbone, una turista italiana, criticó el reemplazo, aunque comentó que permitió a sus hijos lanzar monedas "para complacerlos". Otra visitante, Katia, que lleva varias visitas a Roma, expresó su desilusión: “No es lo mismo”, comentó, recordando con nostalgia la experiencia en la fuente original.
No todos los turistas se han sentido decepcionados. Fausto Pastori, de Milán, comentó que la caja le resultaba “divertida” y agregó que el nuevo diseño añadía una dificultad al lanzamiento de monedas, lo que convertía el acto en una “experiencia única”.
Un Cambio Temporal y Medidas Futuras para Controlar el Turismo Masivo
Las autoridades romanas estiman que alrededor de cuatro millones de turistas visitan la Fontana di Trevi cada año. Para gestionar el flujo de visitantes, se está estudiando un plan para restringir el acceso a la zona y, a partir de 2025, los visitantes deberán reservar su entrada en línea y pagar una tarifa de dos euros. Cada persona tendrá un máximo de 30 minutos para disfrutar de la atracción.
La tradición de lanzar monedas en la Fontana di Trevi recauda aproximadamente 1.5 millones de euros al año, que desde hace 15 años se destinan a la organización católica Caritas para apoyar causas benéficas.
El mantenimiento de la fuente se extenderá hasta fin de año, y su acceso se verá limitado durante el Año Santo Jubilar Católico en 2025, en lo que podría ser el comienzo de un nuevo esquema de control de multitudes en Roma.