Las Islas Galápagos sufren pérdidas millonarias a manos a la Covid
Antes del coronavirus, las enfermedades repentinas que ponían en peligro la vida de los turistas, pescadores y otros habitantes de las Islas Galápagos se consideraban tan raras que los hospitales no tenían ni una sola cama en la unidad de cuidados intensivos.
Ahora, las autoridades se apresuran a equipar a los equipos médicos de las islas remotas con respiradores, al tiempo que intentan contener la crisis económica que ha dejado sin empleo a muchos de los 30 mil residentes.
El famoso aislamiento de la cadena de islas está aumentando sus dificultades. Desde hace siete semanas, ni un solo turista ha llegado a este sitio Patrimonio Mundial de la UNESCO que inspiró a Charles Darwin.
Los estudios de la fauna marina y aviar, única del archipiélago, se han detenido. Y los residentes están haciendo cambios urgentes, como comenzar el cultivo de zanahorias, pimientos y tomates en sus casa para no pasar hambre.
Ecuador se encuentra entre las naciones latinoamericanas más afectadas por la COVID-19, y las autoridades de las Islas Galápagos creen que sus primeros casos probablemente vinieron de Guayaquil, la ciudad costera donde los hospitales rechazaron a los pacientes y los muertos fueron dejados en sus casas durante días.
Las afamadas islas han estado relativamente protegidas por lo que sucede a 600 millas de distancia en el continente. Una crisis financiera de hace dos décadas dejó a muchos ecuatorianos sin un centavo, pero el constante turismo internacional mantuvo a las Galápagos a flote. El año pasado, más de 275 mil personas vinieron a ver las iguanas nadadoras, las tortugas gigantes y las aves palmípedas.
Los primeros cuatro casos de las islas fueron diagnosticados a finales de marzo, y se cree que todos vinieron de Guayaquil antes de que se interrumpiera el viaje. Poco después, se anunció la primera muerte relacionada con la isla: un trabajador de 60 años que había estado en el yate Celebrity Flora y se enfermó al regresar a Quito.
En la actualidad hay 107 casos en las Galápagos, incluidos unos 50 tripulantes que siguen a bordo del Celebrity Flora, un barco de lujo operado por una filial de Royal Caribbean Cruises. Este atracó a tiempo para que los pasajeros pudieran tomar sus vuelos de regreso a casa.
Las autoridades se han esforzado por equipar los hospitales, donde sólo hay cuatro camas en la UCI -aproximadamente una por cada 7 mil 500 residentes- y un laboratorio para hacer pruebas de virus. La Fundación Charles Darwin donó dos de los nuevos ventiladores. Además de los transportes militares, se está movilizando un avión de la policía.
El mayor golpe ha sido para el turismo. Al menos 800 visitantes suelen llegar diariamente, y los funcionarios estiman que las islas ya han perdido al menos 50 millones de dólares, una cuarta parte de los ingresos anuales esperados.
Los científicos también han visto interrumpido abruptamente su trabajo de análisis de la vida silvestre de las Galápagos. Las islas tienen una rica historia de investigación científica y descubrimientos desde que Darwin llegó a bordo del HMS Beagle en 1835, señalando que las especies de las relativamente nuevas islas volcánicas tenían diferencias clave con las de Sudamérica.
Los humanos han causado a las islas un daño irreparable, eliminando miles de ballenas y tortugas, introduciendo especies invasoras como insectos, cerdos salvajes y cabras, y dañando la delicada vegetación.