Planes de espeleoturismo en Iberoamérica

16 de Febrero de 2023 5:22pm
Guillermo Garcia de Benito
espeleoturismo

Tras la pandemia, el perfil del turista y sus prioridades han cambiado en gran medida. Y uno de los cambios que ha precipitado en el viajero es su creciente interés por un viaje más activo, sea implicándose más en el conocimiento de la cultura local cuando viaja, o buscando planes de aventura y deportivos. Una de las más atractivas entre esas actividades es el conocido como “espeleoturismo”, esto es, el turismo en cuevas, grutas o cavernas, en tanto estas permitan hacer un recorrido seguro por ellas. 

España es uno de los países en los que puedes encontrar una amplia oferta de este espeleoturismo. Por ejemplo, en el sur del país, concretamente en la localidad de Aracena, se encuentra la Gruta de las Maravillas, un recorrido de unos 1.200 metros atravesando formaciones estalactíticas, estalagmitas, columnas, gours, coladas, o pisolitos, y que es una verdadera maravilla natural. Se trata, además, de una de las grutas pioneras de este tipo de turismo en Europa, y ya que esta espectacular cueva abrió al público en 1974. 

Si no eres únicamente amante del turismo sino también del arte, no puedes dejar de visitar las Cuevas de Altamira, ubicadas en el municipio de Santillana del Mar, en Cantabria, y que son conocidas por el fascinante arte paleolítico que acogen en sus paredes. Personas, animales y otros símbolos representados con enorme realismo miles de años atrás se pueden visitar en estas cuevas, que desde 1985 están declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

Asimismo, en otros puntos de la geografía española podemos encontrarnos con otras cuevas y grutas que merece la pena visitar, como las Cuevas del Drach (Mallorca), la Cueva de Valporquero (León), o la Cueva de Nerja (Málaga)

Pero al otro lado del charco también encontramos diversas opciones para los amantes de este singular tipo de turismo. Es el caso de los famosos “cenotes”, una formación natural habitual en ciertas zonas de México – principalmente en la Península de Yucatán –, característica por acoger pozos de agua de gran profundidad, abastecidos por ríos subterráneos. Los hay de muchos tipos – cenotes caverna, abiertos, semiabiertos – y como ocurre con las cuevas, se pueden formar en ellos estalactitas, estalagmitas y otras formaciones rocosas. 

Muchos de estos cenotes, que eran símbolos sagrados para los mayas, se pueden visitar y disfrutar de un baño en ellos. Algunos de los más famosos son el cenote Oxman, a tan solo cinco kilómetros de la ciudad de Valladolid, el Gran Cenote, en Tulum, o el cenote Zacatón, en el estado de Tamaulipas. 

También la cultura maya impregnó en el pasado Guatemala, otro de los países idóneos para la práctica del espeleoturismo. Allí también se pueden visitar varios cenotes, además de otros vestigios mayas, ríos y cavernas. Algunos de los cenotes más bellos del país son el Cenote menor de Candelaria, un cenote abierto ubicado en Huehuetenango, el cenote de Hun Nal Ye, en Alta Verapaz, o el Cenote de Sarstún, en Izabal. 

De igual manera, el espeleoturismo también ha conquistado numerosos destinos en Latinoamérica. Es el caso de Colombia, donde se pueden visitar las cavernas de El Peñón, que se localizan en Santander,  la Cueva del Esplendor, en el municipio de Jardín, o el propio Parque Natural Nacional Cueva de los Guácharos. Lo mismo ocurre en Brasil, donde se puede visitar la Gruta de Maniqué, en Cordisburgo, o el impresionante Parque Estatal Terra Ronca, que reúne unas 800 cuevas en su territorio. 

Como vemos, son múltiples las opciones que tienen los amantes de esta particular modalidad de turismo. Sin embargo, siempre es esencial recordar que, para que estas verdaderas joyas de la naturaleza puedan seguir maravillando a miles turistas todos los años, es esencial respetar y cuidar los espacios que se visitan

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