Problemas a los que se enfrenta la arqueología en México
La arqueología en México tiene grandes problemas. Los mismos van desde la falta de inversión, investigación extranjera, el medio donde se encuentran los yacimientos y el expolio entre otros.
México es uno de los países con más yacimientos arqueológicos de relevancia a nivel mundial. Esto es un lujo a nivel de patrimonio cultural nacional. Pero esto también conlleva muchos problemas, como es el de la cantidad de trabajo que conlleva, el saber cómo estudiarlo y las necesidades que tienen de conservación.
Uno de los problemas a los que se enfrenta la arqueología en México es ni más ni menos que la selva. La frondosidad de la vegetación y el difícil acceso en algunas zonas del país, hace que la detección de este tipo de emplazamientos sea muy compleja. Es aquí donde la tecnología juega un papel fundamental. Una de las principales revoluciones que se han dado en los últimos años en este tipo de investigaciones viene dada de la tecnología.
La fotografía aérea o las imágenes satelitales son básicas a la hora de la búsqueda y detección de nuevos sitios arqueológicos. Estas imágenes muchas veces muestran posibles estructuras que serían más fáciles de obviar a simple vista. Y principalmente permite cubrir una gran extensión de terreno de una forma sencilla. Aunque estos métodos no son infalibles, permiten a los investigadores centrarse en zonas que son más prometedoras de contener restos arqueológicos.
Antes, solo se podía obtener una fotografía aérea contratando una avioneta y haciendo fotos desde la misma, con el coste que ello supone, y que las fotografías nunca van a ser de una gran calidad. Además del problema ya mencionado, la mayoría de los sitios arqueológicos en México se encuentran en zonas de selva, lo cual significa que prácticamente no es muy útil, debido a que la vegetación no permite ver el suelo.
Ahora existen drones y cámaras que sí permiten reconocer bien el terreno. Esto se conoce como LIDAR (Light Detection and Ranging), lo cual permite mediante láser atravesar la vegetación y dar una imagen o un modelo del terreno a nivel de suelo. Al tener esta recreación o nube de puntos, se puede observar si hay estructuras en superficie. Este método fue aplicado por la Universidad de Arizona en 2020, en una gran extensión de 85.000 km² terreno en zonas asociadas a culturas maya y olmeca. En este territorio se registraron 478 nuevos sitios arqueológicos.
Otro de los principales problemas que tiene la arqueología en México es el expolio arqueológico. Cabe recordar que una pieza arqueológica, aunque después sea estudiada, si es sacada de su contexto, no tiene ningún valor. Otro de los grandes problemas del expolio es el uso de los detectores de metales, estas herramientas lo único que hace es detectar un elemento metálico, pero no lo hay alrededor, por lo que, al intentar obtener esos metales, se realizan agujeros en la tierra, destruyendo toda la información que podría aportar lo que hubiese alrededor de ese metal.
México es uno de los países del mundo que más sufren el expolio, así como otros países de América latina, debido a que en zonas de difícil acceso es muy complejo tener vigilado este patrimonio y más cuando no se tiene constancia de que este patrimonio existe.
Algunas de las medidas que ha tomado el gobierno mexicano es no permitir el libre acceso a las imágenes satelitales de donde están localizados estas zonas arqueológicas y tampoco los datos LIDAR, como si lo hace por ejemplo España.
Por último, pero no menos importante esta la falta de inversión publica. Este es un problema que afecta a la arqueología en prácticamente todo el mundo. Hay muchos yacimientos y los gobiernos no están dispuestos a afrontar los gastos que suponen su investigación y conservación. Esto lleva a que la mayor parte de las investigaciones arqueológicas las lleven a cabo universidades.
El presupuesto del gobierno mexicano ha ido mejorando su dotación al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Esto es principalmente por la construcción del Tren Maya, el cual esta previsto que se finalice en 2024. La construcción de este tren ha supuesto que se hiciese un proyecto arqueológico paralelo para intervenir en las zonas colindantes a las cuales afectará el tren.
A pesar de que el presupuesto es mayor, hay una gran cantidad de investigaciones que se realizan en suelo mexicano que, aunque están supervisadas por el INAH son extranjeras, por ejemplo, la que se ha mencionado anteriormente de la Universidad de Arizona.
