Turismo Matemático: Sacando números de una maleta
El turismo está en una constante reinvención y evolución y poco a poco se van creando espacios para todo tipo de personas, en este proceso de evolución hay una tendencia que está volviéndose cada vez más fuerte, que es el turismo matemático.
El turismo matemático es una de las tendencias que están explotando en estos últimos años y que tiene un fuerte sobre otros, se puede dar en cualquier lado. En este tipo de turismo siempre habían destacado destinos como el Museo de Matemáticas de Nueva York, la casa de Isaac Newton, o incluso la torre de Pisa por ser el escenario de los experimentos de Galileo.
Pero, ¿qué pasa con los destinos que no tienen este tipo de atractivos? Es sencillo, muchas veces se dice que las matemáticas están en todos los sitios. Y es que es verdad, las matemáticas son el intento de explicar la realidad del mundo y también es una interpretación humana de la naturaleza.
Al fin y al cabo, el turismo matemático está basado en observar y apreciar las matemáticas que están presentes en los lugares visitables y en las obras de arte. Es ofrecer una visión distinta a esos destinos y así redescubrir lo que significan ciertos monumentos u obras de arte como puedan ser las proporciones matemáticas del David de Miguel Ángel o la labor de Velázquez para autorretratarse en las Meninas.
En España, este tipo de turismo está en auge, gracias a que hay gente que cada vez más se va interesando más por estas disciplinas, pero también por la implicación que están teniendo los propios matemáticos queriendo mostrar la importancia de las matemáticas. Uno de los precursores de esta disciplina fue Álvaro Martínez Sevilla, profesor de Álgebra de la Universidad de Granada, el cual ha publicado Paseos matemáticos por Granada, y el cual explora los monumentos y obras de la ciudad de Granada, desde una visión matemática.
Al fin y al cabo, en una industria como es el turismo que no para de buscar nuevas experiencias y de involucrar a las personas, las matemáticas pueden ser un recurso perfecto. Integrarlas en el propio entorno, redescubrir los números que están a nuestro alrededor y que no vemos y combinarlas con otras disciplinas como pueden ser la historia, la arquitectura o la literatura.
Además, este tipo de turismo, no nos podemos olvidar, puede ser usado como un recurso didáctico. Las matemáticas son siempre una de las asignaturas que más temor causan a los estudiantes en el colegio o en el instituto. Siempre son de las grandes incomprendidas que los estudiantes piensan que no sirven para nada, y estas iniciativas aparecen como un medio para ayudar a los más pequeños también a comprender mejor para qué sirven estas ciencias.
Hay muchas formas de poder hacer este turismo matemático, desde la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas, se proponen ciertas actividades, las cuales son:
- Descubrir las matemáticas implícitas y explícitas. Tanto explicar la simetría y las perspectivas como descubrir los elementos que hay en ciertas obras de la cultura universal como puede ser la Escuela de Atenas de Rafael.
- Relacionar la vinculación histórica de los lugares a las matemáticas o los científicos que tuvieron una gran relevancia para la humanidad. Cambridge es fundamental para Newton, o Toledo para Azarquiel.
- Ver y comprender los instrumentos matemáticos tanto actuales como los que se usaban en el pasado. Hay ocasiones en las que estos instrumentos están en museos y pueden ser ábacos, relojes solares, astrolabios, etc.
- Desde el punto de vista antropológico y etnográfico, descubrir esas medidas tradicionales que se pueden ver en las plazas, tejidos y azulejos.
- Señalar la matemática de los objetos más cotidianos, desde juegos infantiles, hasta tapas de registro, pavimentos o fuentes.
Existen muchas iniciativas que han intentado llevar las matemáticas al mundo del turismo, y una de las más relevantes en estos últimos años es la de un joven español, Nicolás Atanes, creador del movimiento Virus Matemático. El concepto de su idea es tan básico como proponer retos matemáticos por diversas ciudades de España utilizando lugares emblemáticos y las matemáticas con una gran dosis de imaginación.
El proyecto de Nicolás, ya ha llegado a muchas ciudades españolas, entre ellas Madrid, y lo único que se necesita es contar con el mapa y con una calculadora, o directamente un teléfono móvil. Los mapas se pueden adquirir de forma digital en la web o en las oficinas de turismo de las ciudades, de forma gratuita. En los distintos mapas se proponen lugares donde poder resolver distintos problemas, ya sea en solitario, con amigos o en familia.
La mayoría de los problemas que se proponen son sencillos y pensados para que no se necesite apenas material para su solución, solo el ingenio y pensar y que así se puedan descubrir las ciudades de una forma nueva y diferente. Además, también es un recurso didáctico que puede servir de apoyo a los colegios y centros educativos para que sus estudiantes puedan apreciar las matemáticas.