La tecnología le juega una mala pasada a los aeropuertos
por Gabriela Sánchez
En la noche de este jueves y madrugada del viernes, el llamado pantallazo azul se apoderó de buena parte de los ordenadores de la red de aeropuertos de España, Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Reino Unido, Japón, Escocia, Turquía y Australia, hasta donde se tiene registrado al momento de esta información. Un fallo global en el sistema operativo de Windows (Microsoft) ha sido la causa de la interrupción de los servicios de embarque, facturación de equipaje y retrasos de vuelos.
La caída informática motivó la vuelta a las prácticas manuales en todas las operaciones, lo cual unido a la alta demanda que genera la temporada estival ha suscitado el caos en las instalaciones y activar las estrategias de contingencia.
El motivo del problema no se asocia, sin embargo, con un ataque informático, sino con una actualización fallida de un servicio de seguridad de Windows.
Según la Cadena SER, en el aeropuerto de Madrid-Barajas todo funciona con relativa normalidad, no obstante, sí se están produciendo aglomeraciones en torno a los mostradores de facturación.
En respuesta a ello, la empresa AENA, una de las más afectadas, ha declarado que “se están levantando en contingencia algunos sistemas. "Seguimos trabajando con todas las partes implicadas".
Por su parte, AirHelp, la compañía experta en derechos de los pasajeros, ha circulado un conjunto de medidas para la actuación de los pasajeros ante esta circunstancia en materia de deberes y derechos.
Lo primero es que los retrasos que puedan producirse no son responsabilidad de la aerolínea, si no de la gestión del aeropuerto. Por ello, si se superan las tres horas de retraso o se cancela el vuelo, el pasajero afectado no tendrá derecho a una indemnización económica. Sin embargo, las aerolíneas tienen obligación de cubrir necesidades como agua, comida y acceso a telecomunicaciones a partir de las dos horas de retraso.
Mientras, la aerolínea debe proporcionar un vuelo o transporte alternativo a destino. Si el pasajero decide no volar, la compañía aérea deberá reembolsar el precio del billete. Si el retraso, la cancelación o el cambio de vuelo obliga a pernoctar al pasajero, la aerolínea debe ofrecer una habitación de hotel y desplazamiento hasta el mismo, haciéndose cargo de los gastos.
Aunque las afectaciones más notables son en aeropuertos dada su gran afluencia, empresas de otros sectores como la banca, los medios de comunicación y aplicaciones de Microsoft también la han experimentado. Ejemplos de ello son: Microsoft 365, Microsoft Store, Microsoft Azure, Visa, Movistar, Vueling, Amazon Web Services, NBC Bay Area, Santander, Kutxabank, Unicaja, Sky News, etc. En consecuencia, el fallo también ha supuesto interrupciones en la transmisión, en el pago por Bizum, e incluso en la bolsa de Londres y el sistema ferroviario británico.