5 hoteles insólitos para huéspedes inusuales (II Parte)
por Marlene B. Videaux y Jorge Coromina
Son innumerables las comodidades que ofrecen las cadenas hoteleras en sus instalaciones. Pero si usted es de los que se deja llevar y da paso a la imaginación buscará algo más que despierte su afán por el riesgo y la aventura.
A continuación, Caribbean News Digital le ofrece una segunda parte de la selección de hoteles raros, solo para aquellos que hacen de los desafíos una forma singular de vida. Las experiencias pueden ser disímiles, pero siempre únicas.
Al igual que en la primera entrega, en ellos se pueden observar maravillas naturales en su pleno esplendor, ser parte de un paisaje submarino o recrear, en la propia habitación, obras de artistas visuales. De cualquier manera, quédese con nosotros y lo guiaremos en este viaje virtual por cinco hoteles espectaculares.
Hotel Montaña Mágica Lodge (Chile)
Situado en la Patagonia chilena, el Montaña Mágica sorprende por su construcción singular. Está hecho para los amantes de la naturaleza y el ecoturismo. Su diseño descansa en su estructura en forma de montaña, en el que se utilizó únicamente materiales ecológicos. Se encuentra enclavado en la Reserva Natural de Huilo-Huilo, declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en el año 2007.
Cuenta con unas 60.000 hectáreas de bosque nativo, termas naturales, lagos, saltos de agua y acceso directo al volcán Mocho Choshuenco.Muy significativo resulta la cascada artificial, que brinda una experiencia sensorial gratificante al poderse escuchar el sonido del agua sobre las rocas.
Solo cuenta con 12 habitaciones y capacidad para 40 personas, que llegan a alcanzar los 120 euros por noche. Por ende, es un espacio tranquilo para meditar o relajar. Aunque si se quiere practicar actividades exteriores, como el salto de tirolina, ciclismo, senderismo o trekking, es también el lugar idóneo.
Jules’ Undersea Lodge (Florida)
En segundo lugar, proponemos el único hotel submarino del mundo. Su nombre es propuesto a razón de la obra literaria “20.000 leguas de viaje submarino” de Julio Verne. Está pensado para buceadores y todas aquellas personas que quieran iniciarse en este deporte.
La curiosidad de este hotel es que para acceder a él se debe bucear cerca de 6,5 metros de profundidad y entrar por el suelo de los apartamentos. El aire comprimido impide que el agua penetre en el interior. Solamente tiene una capacidad para 6 personas las cuales pueden disfrutar del mar en toda su magnitud: gran variedad de peces tropicales, barracudas, esponjas, anémonas, entre otras especies subacuáticas.
El Jules ofrece además el único hospedaje en el mundo con la especialidad Acuanauta Recreativa (Recreational Aquanaut specialty) de submarinismo. Se encuentra citado en el Libro de Récords Guinness por “el tiempo más largo transcurrido bajo un hábitat submarino”. Fue en el 2014 cuando un profesor de Tennessee vivió durante 73 días en el hotel para completar esta misión.
Hotel Kakslauttanen (Finlandia)
Si le gusta la vida de los esquimales y las bajas temperaturas aquí les presentamos al Kakslauttanen. El hotel, situado en el norte del círculo polar ártico, en Laponia, Finlandia, propone excelentes momentos para toda la familia. Su ubicación lo hace ideal para observar paisajes curiosos que no podrían verse en otro sitio del mundo.
Lo más sorprendente ocurre cuando se presenta la aurora boreal: espectáculo visual para todo aquel amante de la naturaleza. La máxima observación se logra en los 20 iglús de los cuales dispone el hotel. Su diseño se compone de cuatro camas cada uno, y las paredes y techos recubiertos de un vidrio térmico. Esto posibilita mantener una temperatura cálida en el interior, así como también la mayor visualidad posible.
La gran demanda de los iglús de cristal hace que sea imposible reservar por más de una noche, pero las cabañas también están a disposición de los aventureros y constituyen otro motivo para llegar.
Son pequeños habitáculos creados en franca armonía con el paisaje, están diseñados con la intención de causar el mínimo impacto posible a la naturaleza. Su valor se encuentra en el mínimo de energía que demandan para mantenerse cálidos, así que no sea el último, y descubra la más sorprendente experiencia.
Hotel Au Vieux Panier (Francia)
Y si de arte se trata no se podía dejar de mencionar al Au Vieux Panier (La vieja cesta). Su nombre se relaciona con lo vetusto del edificio (siglo XVII) y por estar emplazado en el barrio y la calle homónimos, ubicados en la ciudad de Marsella, en Francia.
Los grafitis son el plato fuerte de este sitio, que ofrece en cada una de sus 6 habitaciones, las obras de seis diseñadores gráficos, pintores y artistas de la plástica. La decoración varía frecuentemente, así que la experiencia será distinta cada vez, pero siempre con la idea de “dormir en una obra de arte”.
El hotel está equipado con todas las comodidades, además de un salón y una biblioteca con revistas e información turística, además de una pequeña galería que viene a tono con la manera en la que ha sido concebido el lugar. La terraza ofrece espléndidas vistas al puerto, la catedral y la moderna torre Zaha Halid.
Su ubicación es ideal, pues se encuentra a solo siete minutos de la estación Saint Charles, y a solo cinco del aeropuerto. Los precios oscilan desde los 100 a los 200 euros, siendo un hotel solo para los más exclusivos huéspedes.
La Balade Des Gnomes (Bélgica)
En una localidad de Bélgica llamada Durbuy descansa un hotel bastante pequeñito, que ofrece los encantos de los cuentos de hadas. Los misterios y el mundo de la magia y las criaturas fantásticas de los bosques habitan en cada rincón. Sus 10 habitaciones fueron decoradas por el arquitecto y hotelero D. Noel, el cual se apoyó en los cuentos más populares de la literatura infantil.
Los cuentos de Tim Burton, los hermanos Jakob y Wilhelm Grimm, y algunos de Hans Christian Andersen, son recreados en el lugar, que ofrece vivir singulares experiencias si observamos atentamente con imaginación abierta.
La suite es un caballo de madera gigante a modo del famoso caballo de Troya. Un velero en el tercer piso, una playa de arena, cielos estrellados, suelos de madera, luces de colores… todas ellas escondidas tras las paredes de una casa de campo esconde toda su magnitud.
Al lado del hotel se encuentra el también original restaurante La Gargouille, del mismo dueño en el que sirven platos típicos de la zona elaborados con los mejores ingredientes frescos de temporada. Su precio oscila entre los 100 euros la noche, y no está mal para volver a nuestra infancia y redescubrir el mundo mágico y maravilloso que se esconde detrás de cada detalle.