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Argentina: Vuelve en septiembre la feria “Caminos y Sabores”, un punto de encuentro entre el público y los productores

28 de Agosto de 2011 8:23pm
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Argentina: Vuelve en septiembre la feria “Caminos y Sabores”, un punto de encuentro entre el público y los productores

Argentina. Del 14 al 18 de septiembre se realizará en el predio ferial La Rural de Buenos Aires la séptima edición de “Caminos y Sabores”, una feria de alimentos típicos, artesanías y turismo devenida en referencia internacional, al convertir su espacio expositivo en un verdadero mercado de productos regionales provenientes de todo este país. Según explica Claudia Bachur, organizadora del evento, el mismo tiene tres pilares importantes: achicar la distancia entre la producción y el consumo,  favorecer el comercio justo e incentivar la sustentabilidad ambiental.

Como ingeniera agrónoma, Bachur trabajó en diferentes programas de desarrollo rural con pequeños productores. De esta experiencia surge la idea de organizar una feria de productos ya que, el principal problema que detectó, fue el complicado tema de la comercialización. “La idea –explica- fue armar una feria en Buenas Aires, una ciudad grande, y achicar la distancia entre la producción y el consumo, acercar a los productores con los consumidores, buscando volver al mercado de la feria tradicional, la feria callejera. Esa fue la idea básica: por un  lado traer a productores pequeños de todo el país a Buenos Aires y, por el otro, invitar al público de la ciudad y al turista a encontrarse con esa gente”.

La feria de los productores

Bajo la premisa del encuentro, esta séptima edición de la feria asegura la relación directa del visitante con los propios productores, no con sus representantes. “No es una feria de distribuidores”, insiste Bachur.

¿De qué manera convencen a un productor pequeño, de Salta por ejemplo, a venir a la gran ciudad a vender su producto?  Generalmente los pequeños productores no tienen esa iniciativa…

-Sí, es muy difícil. Lo que pasa es que nosotros trabajamos directamente con los organismos públicos y privados, entes gubernamentales y no gubernamentales, que apoyan a los productores para que vengan. Nosotros armamos toda la feria, tratamos de cobrar un precio por stand accesible, pero muchos de ellos no pueden pagar el stand, ni el ómnibus, ni el hotel, ni tienen plata para producir toda la mercadería para vender. Entonces se trabaja con los organismos.

Desde la primera feria trabajamos con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, con la Secretaría de Agricultura de la Nación, con los ministerios de producción  de las provincias…, y vamos directo a trabajar con los productores que ya están asistidos por los programas de los organismos de las provincias y lo único que les falta es vender lo que hacen.

El gran apoyo para los expositores, viene entonces de las instituciones…

-En el primer año la mayoría vinieron apoyados por instituciones, luego se da un fenómeno interesante y es que algunos ya vienen solos. Un expositor vino por una provincia y a los dos o tres años decide que está en condiciones de pagarse el stand. En estos años hemos sido testigos del crecimiento de un montón de expositores. Algunos crecen tanto que ya no vienen más a Caminos y Sabores.

¿Cuáles han sido las experiencias más gratas a lo largo de seis años de la feria?

-El primer año tuvimos 100 expositores, ya fue una exposición importante. La primera sorpresa fue ver la convocatoria enorme del público a la feria y ver que los expositores se quedaban sin mercadería. Luego, en el tercer año, fue ver la participación de representantes de todas las provincias de Argentina. Después, lo que te sorprende es que llegas a hacer una presentación de Caminos y Sabores, a una embajada por ejemplo, y la persona que te está escuchando dice “no me cuente nada, yo voy todos los años a su feria”. Eso es una gran satisfacción.

Producto y territorio

¿Cómo es la distribución de los “caminos” en la feria?

-En general, la presencia de las provincias en las ferias en Argentina, y en todo el mundo, funciona con un stand poli-rubro: está el señor que hace los alfajores y el que construye la maquinaria agrícola. Nosotros lo que propusimos fue un mercado. Hay varios stands institucionales que están fuera del mercado, donde no se puede vender nada. Los gobiernos provinciales pagan los stands, pero los stands son de los productores. Esa una novedad de Caminos y Sabores. Habrá 10 stands institucionales pero 350 de productores. Esos están organizados por “caminos”, recorridos temáticos: quesos, frutos de la tierra, artesanías, turismo.

Cada producto busca arraigar su identidad territorial y mostrarse al mundo ¿de qué manera la feria concibe esta mezcla de identidad con expansión? ¿Cómo se hace para que el concepto sea coherente?

-Lo que tratamos de hacer es que los productos estén identificados con el territorio, que tengan algo que ver con los que se produce en el territorio, que no sea descolgado. Cuando se analizan las economías regionales hay productos que son clásicos de una zona: seguro que el señor que trae el dulce de frambuesa viene de la Patagonia. Hay un trabajo interesante del equipo y del comité  que selecciona de la mejor manera a los expositores, si bien los productores están en el marco de algún proyecto de las instituciones, es decir, ya hay una preselección. De todas maneras hay un trabajo de remarcar el concepto: el producto tiene que venderse con el territorio.

¿Cuál es el aporte de la feria al turismo nacional?

-Promocionamos los lugares, no sólo desde el punto de vista de los paisajes, sino desde los alimentos y la  artesanía. En eso tenemos un concepto técnico: la gente que ya fue a un lugar y tiene la añoranza de un sabor, lo encuentra en el recorrido, y, si no lo conoce, lo descubre. Es una feria que promociona el destino aunque no lo haga desde el punto de vista del turismo concreto, sino en el imaginario de la gente.

¿Está más relacionada a lo sustentable que a lo contemplativo?

-Totalmente. Analizando el tema del turismo, cada vez hay más búsqueda del turismo relacionado a los alimentos y a la gente. Si miras las publicaciones europeas y americanas, ya no hay mas revistas de sólo turismo, hay gastronomía, arte, está todo mezclado. Las rutas turísticas son otras, no vas a un lugar por el lugar en sí. Alrededor de la comida hay un trabajo antropológico y social que tiene que ver con las personas del lugar. De eso se trata de Caminos y Sabores, te encuentras con la gente, no con una empresa o marca, sino con el productor.

Pequeñas historias, grandes satisfacciones

Para el equipo de organizadores de Caminos y Sabores, la mayor satisfacción, y el objetivo del evento, es promocionar a los productores de las regiones, propiciar redes y colaborar con el mercado rural. “Las ferias, por lo general, son traccionadoras de cosas –alega Bachur- entonces lo que pasa en Caminos y Sabores es muy fuerte, se armó un camino que va más allá de la feria, lo hacen los protagonistas que son los productores”.

La satisfacción también está en las historias de vida y testimonios de pequeños productores que luego cuentan los resultados de su presencia en el evento, lo que se traduce en promoción, relaciones con otros fabricantes del sector, reconocimiento local y nacional, incluso créditos. Para Claudia Bachur es un logro: “Caminos y Sabores es un punto de partida, la idea no es que los productores dependan de la feria, si no que crezcan y ellos vayan generando sus caminos comerciales”.

Un trabajo arduo de todo el año contempla la posible itinerancia de la feria. Aunque este año se realizó en Mar del Plata, los organizadores de Caminos y Sabores esperan “la situación ideal” para organizarla en otras provincias argentinas o, incluso, fuera del país. Por el momento, se trabaja fuerte en la promoción internacional y la participación de países invitados.

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