Una mirada a las tendencias de viaje más peligrosas de los últimos años
Al viajar al extranjero, nos encontramos con muchos tipos de riesgos. El más común es caer en estafas turísticas. Aunque estas pueden ser problemáticas, angustiosas y costosas, la mayoría no son peligrosas en sí mismas. De hecho, algunos viajeros consideran ser estafados como un "rito de iniciación".
Sin embargo, las estafas turísticas no son el único peligro que enfrentamos. A medida que las redes sociales se vuelven más influyentes y el deseo de destacar crece, parece que los turistas están asumiendo riesgos de formas más creativas en todo el mundo.
No todas las tendencias son peligrosas de manera evidente, algunas simplemente son mal informadas. Un ejemplo reciente es una tendencia de TikTok que consiste en fotografiar los contenedores de seguridad en los aeropuertos, organizándolos de forma estética. Aunque ralentizar las filas de seguridad es una idea bastante absurda, al menos no pone a nadie en riesgo.
Pero cuando llevamos las cosas al extremo, ¿qué hay de las tendencias de viaje peligrosas? ¿En qué tipos de problemas se están metiendo los turistas? A continuación, analizamos algunas de las modas de viaje más peligrosas de los últimos cinco años.
Hacer Mukbang
Mukbang es una tendencia en las redes sociales que comenzó en Corea del Sur a principios de la década de 2010. El objetivo es que los creadores de contenido coman grandes cantidades de comida ante una audiencia en vivo.
Aunque en la mayoría de los casos los videos de mukbang son inofensivos o intrigantes, algunos "mukbangers" han comenzado a viajar, lo que ha generado varios problemas. Un ejemplo es el aumento de videos de mukbang grabados en aviones. Aunque esto no es necesariamente peligroso, sí es considerado grosero e incómodo para los demás pasajeros debido a los olores fuertes.
El verdadero peligro radica en las posibles multas por grabar estos videos en ciertos países. Por ejemplo, China ha implementado sanciones severas para quienes se filmen haciendo mukbang, ya que esto infringe las leyes contra el desperdicio de alimentos.
Alquiler de motocicletas
Mientras que muchos turistas estadounidenses se concentran en alquilar autos y obtener las licencias correspondientes, el verdadero peligro en algunos países está en las motocicletas.
Cada año, decenas de miles de turistas se accidentan en motocicletas, especialmente en lugares como el Sudeste Asiático, donde son fáciles de alquilar. El problema ha llegado a tal magnitud que algunas regiones han comenzado a prohibirlas. Bali, por ejemplo, aprobó una regulación en 2023 para restringir el acceso de los turistas a las motocicletas.
No solo los conductores imprudentes se ponen a sí mismos en peligro, sino que también arriesgan la seguridad de los locales y la integridad de la propiedad pública.
Consumo de drogas
Ámsterdam es uno de los mejores ejemplos de turismo masivo, y una de las razones por las que se hizo tan popular es su enfoque liberal hacia las drogas. Hasta hace poco, las cafeterías de la ciudad vendían productos con hongos alucinógenos a los turistas, además del cannabis.
Sin embargo, consumir drogas en el extranjero es peligroso en cualquier lugar del mundo. En Ámsterdam, los turistas corren el riesgo de caerse a los canales o ser detenidos hasta que se recuperen. En países como Tailandia, los turistas pueden enfrentarse a juicios penales o incluso a la pena de muerte por poseer o consumir sustancias controladas.
Graffiti
El graffiti es una de las tendencias de viaje más peligrosas, y lo es por dos razones: la degradación del patrimonio histórico y las sanciones legales.
En lugares como Italia, los turistas jóvenes son continuamente multados por tallar sus nombres en sitios históricos como el Coliseo. Aunque el vandalismo de monumentos no es algo nuevo, los casos de defacement han aumentado drásticamente en los últimos cinco años, especialmente en Europa.
Hacer “rawdogging” en los vuelos
Una de las tendencias de viaje más destacadas de 2024 en redes sociales es el “rawdogging” en vuelos largos. Esta consiste en pasar el vuelo sin ninguna forma de entretenimiento o estímulo externo: sin leer, sin ver películas y sin escuchar música. Algunos llevan esta tendencia al extremo, evitando incluso comer o beber durante todo el vuelo.
Esto puede poner en peligro a los pasajeros, especialmente aquellos con condiciones médicas preexistentes, ya que corren el riesgo de sufrir deshidratación u otros problemas de salud.